La tarde del lunes no fue una más para Francisco Manrique, un portero sanjuanino de 60 años. Un presentimiento lo inmovilizó de su casa, ubicada en el barrio Capitán Lazo, donde, sin imaginarse, atravesó uno de los hechos más dramáticos y violentos de su vida. Fue testigo y protagonista de cómo su yerno baleó a su hija y antes de suicidarse, intentó matar también a sus tres nietas.
El dramático caso ocurrió este lunes, en calle Cenobia Bustos y Lemos, en Rawson. Un gendarme, identificado como Mario Juárez, baleó a su ex pareja Victoria Manrique mientras dormía. El suegro del oficial relató a Diario de Cuyo cómo fue ver a su hija herida de dos disparos y cómo le quitó el arma a su yerno para evitar una desgracia mayor.
"Yo le quité el arma porque esto iba ser una tragedia. Estaba en la casa y sentí los tiros y cuando entré a la pieza estaba mi hija tirada en el piso. Nos pusimos a forcejear porque le quería quitar el arma. Él me decía que lo dejara... pero yo hice fuerza y se la quité y se la di al novio de mi hija Estéfani y la tiró al techo", expresó.
Su arriesgada actitud sirvió para rescatar a sus nietas y a su hija de esa pesadilla, que sin embargo terminó con una vida: la del propio atacante. Al ver que le arrojaron su arma al techo, Juárez se subió a recuperarla y tras despedirse de sus seres queridos por mensajes de WhatsApp, entre ellos su mamá y su mejor amigo, se mató de un tiro en el pecho. "Quería matar a Victoria y a la nenas, si no estaba yo las hubiera matado a todas", dijo.
Juárez era gendarme salteño y desde hace algunos años estaba en pareja con Victoria, mamá de sus hijas mellizas de 6 años y otra nena de 2. Se separaron hace un tiempo. "Nunca tuvimos problemas, él siempre se portó muy bien conmigo. A mí no me gusta meterme en la vida de mis hijas y nunca me enteré si era violento o no, yo no les preguntaba. Además, mi hija es muy reservada", aseguró Manrique.