Poco a poco se va equipando el Laboratorio Forense del Poder Judicial. Se presentó en sociedad una máquina que permite determinar si una persona participó en un asesinato con uso de arma de fuego. Esta tecnología de punta posibilita identificar metales y separar el plomo, el antimonio y el bario, todos componentes de las balas y que aparecen como residuo si se disparó un arma. La máquina costó 200.000 dólares.
La máquina fue donada por el fiscal general de la Corte, Eduardo Quattropani, gracias a un convenio firmado con el Ministerio de Justicia de la Nación a través del Consejo de Procuradores, Fiscales, Defensores y Asesores Generales de Argentina. La máquina está instalada al lado del edificio donde funciona la Morgue del hospital Marcial Quiroga, punto estratégico para tener contacto inmediatamente con los cadáveres y realizar las investigaciones pertinentes.
Si una persona estuvo en la escena del crimen, se encontrarán partículas de los residuos balísticos en su cabello, ropa o en cualquier parte del cuerpo. Gracias a un hisopado, se examinarán las muestras en la máquina y si se detectan algunos de los metales que se desprenden cada vez que se dispara un arma de fuego, se podrá ubicar a esa persona como testigo de un crimen. "Si bien este estudio por sí sólo no puede determinar fehacientemente si la persona disparó, sí permite saber si estuvo en el lugar. Además, como la máquina ofrece información sobre la cantidad exacta que cada componente del metal, se puede saber por ejemplo qué tipo de arma es la que se usó", dijo a Diario de Cuyo el bioingeniero Fernando Gambetta.
Esta máquina permitirá dar un salto calidad en las investigaciones de asesinatos. Hasta ahora, en San Juan para determinar si una persona había disparado un arma se le hacía un dermotest, prueba que sólo detecta pólvora. Ahora, no sólo se podrá dar con la persona que disparó sino también con testigos presenciales de un hecho de sangre.