Benjamín, un bebé de San Juan que nació pesando 565 gramos, es un verdadero luchador tras romper con todos los pronósticos que decían que no iba a sobrevivir. El pequeño logró alcanzar el peso necesario y pudo irse a casa con su familia.
El pequeño gran héroe estuvo internado 120 días y finalmente logró pesar 2,570 kilogramos para poder obtener el alta. Fue su mamá, Mayra Granados, quien estuvo firme al lado suyo en Neonatología del Sanatorio Argentino viviendo "un calvario".
Benjamín midió 23 centímetros, con los que pasaba por los agujeros de la incubadora, y ahora creció y mide 42. Su pequeño cuerpo tuvo dos operaciones una para colocarle una "vía central" y otra por una hernia y retinopatía.
El niño llegó al mundo con un 90% de mortalidad y los médicos no le daban esperanza de vida. "Vivir en Neo es estar en una montaña rusa", expresó la mamá. Además resaltó que Benja llegó a pesar 395 gramos y que mientras él estaba en la incubadora no dejaban de sonar las alarmas.
Además, Mayra tiene otro niño de 7 años a quien debía cuidar. Para ello tomaba colectivos en los que tardaba una hora desde su casa ubicada en el barrio Huarpe de Caucete hasta en sanatorio. "Entendí que Benjamín estaba en buenas manos y que Máximo también me necesitaba", dijo al respecto.
El pequeño necesita ocho remedios por día y una farmacia los prepara especialmente para él, debido a la delicada situación. Es su mamá la persona que se encarga de los cuidados, ya que tiene oxígeno y no puede estar en contacto con muchas personas.
La historia de esta familia sanjuanina es sin dudas una de milagro y superación, demostrando que el amor todo lo puede.