La doctora Griselda Palavecino, odontopediatra y jefa del servicio de Odontología del Hospital Avellaneda, destacó la importancia de la lactancia materna en el desarrollo bucodental, en el marco de las acciones de concientización que impulsa el Ministerio de Salud Pública, a cargo del doctor Luis Medina Ruiz.
“La lactancia materna es muy importante en relación con el tema de la odontología, ya que, además de representar el mejor alimento para el niño en sus primeros tiempos de vida, ser el primer contacto del bebé con el mundo exterior, la relación madre e hijo le brinda una mejor estabilidad emocional, para ambos. Con esta acción, estamos evitando hábitos dañinos como el uso prolongado de chupete, que van a alterar el desarrollo de los maxilares”.
La especialista explicó que la lactancia estimula y favorece el crecimiento de todo el sistema estomatognático, compuesto por la boca, los dientes, la faringe, músculos y huesos de la cara y el cráneo.
“Así vamos previniendo en el futuro las funciones de masticación, deglución y habla, por lo que la lactancia materna es importantísima”, enfatizó.
Según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, la lactancia materna debe mantenerse hasta los 2 años, siendo exclusiva aproximadamente hasta los 6 meses. En esta etapa, aclaró Palavecino, “la leche materna no produce caries, eso es un mito”, y subrayó que cuando se incorporan otros alimentos, debe comenzar la higiene dental.
“Con la erupción de sus dientecitos, empezar ya con un cepillado dental, además de generarle el hábito para que no sea algo extraño para el niño y no genere un conflicto en el momento de hacerlo”.
La odontopediatra resaltó que desde la aparición del primer diente ya se puede aplicar pasta fluorada y, con la llegada de las muelitas, incorporar hilo dental para evitar la acumulación de alimentos: “El cepillado es fundamental, sobre todo antes de ir a dormir, con el acompañamiento del adulto, hasta que el niño adquiere la destreza para hacer un buen cepillado”, señaló.
Asimismo, Palavecino destacó que la leche materna refuerza el sistema inmune, favorece la secreción y calidad de la saliva —clave para la protección dental— y aporta hierro, calcio y vitaminas, ayudando a prevenir enfermedades como desnutrición, obesidad y diabetes.
Finalmente, la profesional remarcó que el movimiento que realiza el bebé al mamar “activa músculos, articulaciones, glándulas y favorece la formación y desarrollo de la articulación témporo-mandibular, que permite a futuro que el menor realice los movimientos de apertura y cierre para la masticación”.