Llega el invierno y con él la temida bronquiolitis. Esta patología de índole infecciosa tiene como síntoma característico la agitación, aumento de la frecuencia respiratoria, tos, estados febriles y falta de apetito: “Esta es una afección benigna y por autolimitación, el 90% de los niños de ese rango de edad que tienen bronquiolitis pueden resolverla solo con cuidados en el domicilio y acompañados de su familia. Excepcionalmente, algunos que tienen enfermedades previas o que han nacido antes de tiempo y tienen factores predisponentes, pueden desencadenar una crisis de mayor gravedad”, expresó el titular de la División de Salud Respiratoria del PRIS, Ernesto José Ways.
El especialista hizo hincapié en la importancia del diagnóstico temprano, por lo que recomendó: “Si el niño tiene solamente secreciones nasales, algo de tos, una leve fiebre, pero esto no impide su correcta alimentación y sueño, con una consulta puede sobrellevar la enfermedad en su domicilio. Pero en una etapa superior de complicaciones, si está muy agitado, presenta cambios de coloración de la piel de rosado hacia el violáceo, rechaza la alimentación y tiene dificultad para dormir, la consulta debe ser mucho más urgente al centro de atención primaria adonde concurra o al hospital”.