Por estos días, las calles salteñas están llenas de pirpintos volando por todos lados. Para algunos se trata de un mal augurio mientras que otros opinan que le dan un toque diferente y especial a la ciudad en pleno verano. La realidad es que estas pequeñas mariposas blancas están en plena etapa de reproducción y migración, es decir que su comportamiento es totalmente normal.
Después de las primeras lluvias del año, esta especie lepidóptera realiza su desplazamiento en grandes cantidades, ya que el clima y la humedad favorecen su propagación. Con una expectativa de vida corta, los pirpintos tienen comportamientos “explosivos” y hacen migraciones cortas durante todo el año, y pueden llegar a suceder hasta por cientos de kilómetros. Buscan condiciones climáticas favorables para que sus larvas puedan desarrollarse y completar su metamorfósis sin problemas.
“Los pirpintos no representan un peligro para la gente ni mucho menos, sino al contrario, genera bastantes beneficios, particularmente a la flora, porque se encargan de polinizar muchas plantas. pueden ser molestias para ciclistas o gente que corre, porque las escamitas que tienen en las alas pueden entrar en los ojos o las vías respiratorias generando alguno que otro estornudo pero no representan un peligro para la gente”, explicó el biólogo César Bracamonte.