El viernes pasada, un gendarme que tenía orden de no acercarse a su expareja se presentó en la vivienda de ella y la golpeó. Ella lo denunció y quedó detenido. El sábado fue imputado por lesiones agravadas, desobediencia judicial, violación del aislamiento preventivo, social y obligatorio, y tenencia ilegal de armas de fuego.
La pareja estaba separada desde hace un tiempo. Él tenía orden de restricción de acercamiento por otros hechos de violencia contra ella. Sin embargo, el viernes pasado ingresó a la casa de la mujer por la fuerza. Una vez adentro la agredió.
El hombre no solo incumplió la orden de restricción y golpeó a su expareja sino que además faltó al aislamiento obligatorio decretado por la pandemia del coronavirus. También poseía un arma de fuego que no era la reglamentaria. La fiscal Elisa Pérez, mientras se cumplen diversas medidas investigativas solicitadas, pidió que se mantenga su detención.