Maestras del jardín maternal Doña Flora y trabajadoras municipales realizan barbijos para repartir a las familias de Campo Santo, un pueblo ubicado en el municipio salteño de General Güemes, a pocos kilómetros de la capital.
El objetivo es confeccionar 12.000 barbijos y de esta manera lograr que toda la comunidad tenga este elemento de prevención contra el coronavirus y de uso obligatorio en toda la provincia. Por ahora, cosieron 3.500 y siguen trabajando para cumplir con su solidario objetivo. También fabrican delantales.
Las mujeres, guiadas por el profesor Eduardo Amarrillo, se juntan en el predio de Obras Públicas en el municipio de Campo Santo, donde en los próximos meses tenían pensado habilitar una cooperativa textil para darle trabajo a hombres y mujeres del pueblo. La sala cuenta con 25 máquinas de coser de cuatro hilos, de costura recta, cortadoras, de costura doble, entre otras.
"Hemos anticipado la inauguración de una textilera municipal. Teníamos pensado inaugurarla en agosto o septiembre, cuando todo el personal que va a trabajar aquí esté bien capacitado, pero esta situación nos obligó a anticipar la puesta en marcha de las máquinas", le contó el docente a El Tribuno.