Bolivia vive una gran crisis política y social, que llevó al presidente Evo Morales a renunciar luego del escándalo de fraude en las últimas elecciones. Jeanine Áñez se autoproclamó jefe de estado, pero todo hace pensar que el conflicto se extenderá, y que la salida será un tanto compleja.
Lo cierto es que este conflicto se puede ver reflejado en la oferta, y por lo tanto en el precio de la hoja de coca, que en estos momentos ya alcanza precios que se hacen difíciles de pagar para aquellas personas que coquean habitualmente, comercializándose el cuarto de kilo a $800 y a $3200 el kilo.
El vecino país del norte es el único abastecedor de coca -ilegal en la teoría-, de un mercado norteño temeroso de perder un producto que forma parte de la idiosincrasia de la región, y que por leyes que no contemplan justamente esta costumbre, es imposible de cultivar en la Argentina.
El consumo de la hoja de coca hoy existe dentro de un gran vacío legal, ya que está prohibido cultivarla en el país, está prohibido ingresarla y transportarla. Incluso está prohibido comercializarla en teoría, pero sin embargo se vende en todas partes y todo el mundo la consume.
Los pronósticos no son favorables para los consumidores de coca, ya que todo hace pensar que el conflicto en Bolivia tendrá un impacto directo en la oferta y en el precio de la hoja.