A través de las redes sociales se dan a conocer desde las historias más insólitas hasta las más emotivas e inspiradoras. Tal fue el caso del la vivencia que afrontó Anwi, (Angelina Chinque) una joven de 25 años de Rosario que no tuvo una adolescencia fácil pero aun así siguió adelante y hoy en día es una profesional de la programación.
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“Esta es la historia de cómo pasé de vivir en la calle a programar y vivir de eso”, comenzó relatando la joven en un video de Tik Tok que compartió hace menos de tres días y que ya cuenta con más de 600 mil reproducciones.
“Me escapé de mi familia porque mi progenitor era violento y cuando le conté a mi progenitora de un hecho de abuso sexual mi familia me dio la espalda y hasta me culparon de que las feministas me habían llenado la cabeza, a tal punto que ni me creyó”, reveló Anwi en diálogo con Vía País luego de que el video se convirtiera en viral tras ser una historia muy inspiradora para muchas.
“Tenía 23 años cuando me fui y comencé a vivir en las casas de mis amigos o conocidos hasta que ya no me daba para quedarme más y tuve que irme a una plaza. Por suerte era verano pero no era ni seguro ni ‘humano’ para mí”, detalló la joven y agregó: “Me acerqué a la Secretaría de Género y Derechos Humanos, donde me pasaron el contacto de un refugio de víctimas de violencia de género de Rosario llamado Casa Amiga y ahí me instalé”.
“Empezamos siendo cinco las chicas que vivíamos ahí pero con el tiempo se fueron sumando más e incluso algunas venían con sus hijos. En el lugar nos dieron la oportunidad de hacer distintos cursos para que podamos aprender y conseguir trabajo, y opté por estudiar programación”, detalló.
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Tras asumir el reto de ir por el camino de la programación, Anwi contó que no contaba ni con computadora ni teléfono (en el refugio no podían utilizarlas) por lo que empezó a desarrollar en papel, algo que resulta destacable para un programador. “En ese tiempo hice un acuerdo con la abogada que me brindó el refugio, que consistía en que mis progenitores debían pagarme por un tiempo un departamento, lo que me permitió salir del lugar e irme a vivir sola”.
Desde entonces la vida de Anwi comenzó a cambiar por completo, pasó de estar viviendo una película de terror en su propia familia a vivir sola en un departamento, encontrándose con ella misma y con sus capacidades inteligentes para desarrollarse como programadora. “Mi profesor del curso me ofreció el primer trabajo y desde entonces ya estoy trabajando de eso en una empresa llamada Cilsa”, relató la rosarina. “Ni yo me creía tan inteligente. Es que el ambiente y la violencia psicológica que sufría me hacían creer todo lo contrario”, dijo.
No obstante, el camino no fue fácil y ni ella considera que lo haya superado al 100%. Incluso, reveló que hasta el día de hoy piensa que para seguir adelante tiene que superar todo lo que vivió y que debe curarse. “Hoy en día me cuesta socializar, no me gusta que me abracen ni me toquen, me resulta incómodo entrar a algún lugar donde haya desconocidos y tengo pesadillas muchas veces”.
Anwi recibe la ayuda de su psicóloga y una psiquiatra con la que día tras día intenta superar los miedos y las situaciones vividas del pasado. Sin embargo, todo lo vivido no frena a la joven, quien contó que tiene proyectos para un futuro cuando ya se encuentre más sana. “Tengo muchas ganas de estudiar una carrera muy difícil de afrontar, se llama “Ciencias del comportamiento” y solo la brinda la Universidad de San Andrés. Además, también me quisiera ir a vivir a otro lado, Rosario siento que ya no es mi ciudad”, contó.
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En diálogo con este medio, Anwi agregó que nunca denunció a sus agresores por las situaciones vividas y que afortunadamente, para ella, no recibió nunca más un contacto de ellos. Aun así se enfrenta con buena voluntad, fortaleza y ganas de seguir creciendo día tras día.
Si vos o alguien que conocés está atravesando una situación de violencia, comunicate con la línea 144 donde un equipo de profesionales te escucha, acompaña y asiste.