La historia de Sebastián estuvo marcada por ser el hermano de Javier Mascherano: esa marca le pesó por mucho tiempo y, para poder destacarse y llamar la atención, comenzó a consumir drogas, convirtiéndose en adicto durante varios largos años.
Sebastián, el menor de los Mascherano, era un reconocido empresario de la noche de San Lorenzo cuando su hermano comenzó a cobrar relevancia en el fútbol. Tal como lo indicó durante una nota con TN, “cuando pasé a ser ‘el hermano de’, no me gustó y me molestó. Entonces tenía que drogarme cada vez más para que hablen de mí, para llamar la atención haciendo diferentes macanas o desastres para que me señalen”.
“La cocaína fue mi gran amor, perdí una familia por eso; consumí 18 años, fui un manipulador y tuve que empezar a hablar con la verdad para ser transparente“, relató sobre esta fuerte adicción de la que pudo recuperarse hace unos 13 años. “Un adicto es una persona que no se quiere, entonces no puede querer a otros. Yo destruí mis vínculos”, explicó.
Su recuperación fue un proceso extenso pero siempre contó con el apoyo de toda su familia. “Es una forma de evadir la realidad. Buscás llenar un vacío o un dolor, pero después pasa a ser algo químico y terminás siendo droga-dependiente”, señaló sobre su anterior estado.
Una vez pasada la tormenta, Sebastián decidió comenzar a compartir su experiencia y ayudar a otras personas. Así comenzó a trabajar en la Agencia de Prevención de Consumo de Drogas y Tratamiento Integral de las Adicciones (Aprecod), un organismo que depende del gobierno de la Provincia de Santa Fe.
Hoy, además de ser el hermano del DT de Inter Miami, club que tiene a Lionel Messi como su principal figura, está dando sus primeros pasos en la política. Se postuló como candidato a concejal en su ciudad, aledaña a Rosario, por el partido UNO, del pastor evangélico Walter Ghione, cercano al gobernador Maximiliano Pullaro.
