Hace algo más de dos semanas, alguien le dijo “Tincho” al hijo de Valeria Mazza y le pegó una trompada frente a un boliche de Rosario. De inmediato llegó un segundo puñetazo y supo que le habían quebrado la mandíbula. “Estas cosas pasan. No soy el primero y, lamentablemente, no creo que sea el último”, afirmó este miércoles Tiziano Gravier.
En su primera entrevista televisiva desde que le pegaron, el joven comentó que ni siquiera llegó a ver a la persona que lo atacó sin saber quién era. “No sé ni cómo estaba vestido. Tengo una imagen de costado, los dos chicos se le van a mi hermano y lo único en lo que pensé fue en sacarlo de ahí”, apuntó.
Tiziano Gravier detalló que “ya estaba escupiendo sangre” cuando huyó con Benicio en el cruce de Brown y Avenida Francia para llamar a sus padres. En este sentido, aseveró: “Sabía que tenía la mandíbula rota”.
El hijo de Valeria Mazza apuntó que llevaban tres o cuatro años sin visitar la ciudad. La noche del sábado 4 de junio, armó un “programa de primos” con algunos de sus familiares y fueron a bailar al boliche ubicado dentro de Alto Rosario Shopping. Después pasó a buscar a unas amigas con su hermano menor en el ex complejo Madame y entonces recibió las dos trompadas por las que fue internado.
El deportista sintió que estaba “con la adrenalina al máximo” luego de la golpiza, pero la situación cambió por completo cuando le dijeron que iban a internarlo en el Sanatorio Británico. “Es terrible porque entrás al cuarto y te sentís tan vulnerable”, expresó en diálogo con Canal 13.
“Tincho no me habían dicho nunca”
Según el abogado de la familia y la denuncia de la Fiscalía contra los dos jóvenes detenidos, la agresión a Tiziano Gravier fue un acto de discriminación. En este sentido, el muchacho comentó: “Tincho no me habían dicho nunca”.
Si bien admitió que el caso “tomó muchísima exposición” por la fama de sus padres, el hijo de Valeria Mazza deslizó: “No creo que lo hayan hecho porque sabían quiénes eran mis papás. Ese chico pudo ser cualquiera”.
“Tuve distintas etapas. Al principio era bronca total. Después un poco de angustia porque no entendía bien lo que había pasado”, recordó el joven de 20 años. En este sentido explicó que “intentaba buscarle una explicación lógica”.
Cuando volvió a su casa, Tiziano decidió que tenía que “aceptar de a poco” su “nueva realidad. Después de la cirugía por una fractura de mandíbula con desplazamiento, era muy difícil comer, hablar e incluso tomar agua.
Con la mira puesta en las pistas de esquí
Cuando lo internaron, el hijo de Alejandro Gravier y Valeria Mazza estaba a punto de viajar a Europa para la pretemporada con el equipo argentino de esquí. Frustrado ese plan, en los últimos días pudo empezar a entrenar con actividades sin impacto y cree que pronto podrá retomar las prácticas.
En esta etapa, Tiziano sólo tiene permiso para usar la bicicleta fija y hace ejercicios de fortalecimiento de la zona media. Frente a una “transición bastante lenta”, su objetivo es llegar recuperado a la preparación que la selección iniciará el 16 de julio en el sur del país.
Gravier ya tiene los pasajes para viajar a la Patagonia y quiere sumarse a esas dos semanas de entrenamiento intensivo. Dado que el circuito sudamericano arranca el 5 de agosto, se propuso “hacer lo máximo” para retomar la actividad.