La denuncia del robo de una camioneta cobró una repercusión inusual este lunes en Rosario, ya que la víctima es uno de los hermanos de Américo Gallego. Aunque evitó mencionar el parentesco con el “Tolo” cuando contó lo ocurrido, el dueño del vehículo pidió ayuda y ofreció recompensa para volver a trabajar cuanto antes.
La foto de la Ford F-100 comenzó a replicarse durante el fin de semana como parte de la búsqueda de la familia del fletero en la zona sur de la ciudad. Según la denuncia, dos delincuentes se la llevaron de la puerta de su casa en Dorrego al 4600 y desde entonces no pudo encontrarla.
Los ladrones fueron a buscar la chata modelo 72 mientras su dueño estaba adentro de la vivienda. Para llevársela, uno abrió la cabina y otro comenzó a empujarla en contramano. La secuencia quedó registrada en video por una cámara de seguridad en inmediaciones de los barrios Tiro Suizo y La Guardia.
Orlando Gallego se enteró del robo cuando su hijo llegó a la madrugada y le preguntó dónde estaba la camioneta. Después de la denuncia, empezó a reconstruir el recorrido y constató que los maleantes siguieron la marcha con ese método durante unas cuadras. Luego, engancharon el vehículo a otro auto con una soga y así escaparon sin ser identificados.
Aunque está jubilado, el hermano del “Tolo” sigue trabajando y la chata es imprescindible. Con ese vehículo reparte verduras y frutas, además de los servicios de flete que ofrece. Ante esta situación, decidió ofrecer una recompensa para recuperar su pick up porque cree que no se la llevaron demasiado lejos de su casa.
Una chata con historia
Cuando fueron a entrevistarlo, Orlando Gallego evitó mencionar su parentesco con el exentrenador de Newell’s y River. Cuando lo consultaron al respecto, aseguró que mantiene una buena relación con el “Tolo”, pero aún no le había contado lo ocurrido.
El fletero rosarino recordó que le compró la camioneta a otro vecino y el antiguo dueño suele verla frente a su casa. “Cuidame el bebé”, le comenta cada vez que se cruzan en la calle.
El hermano del “Tolo” recordó que siempre trabajó con la misma chata. Según explicó en un reportaje con Canal 3, dejó impresos los nombres de los tres hijos del propietario anterior porque se lo pidieron cuando cerró la venta. Ahora espera recuperarla para retomar su labor.