Experto en bodas: Adrián Pavía, el rosarino al que Lionel Messi no le cambió nada

El organizador de la fiesta del futbolista y Antonela Roccuzzo busca lugar para Argentina en la industria del romance.

Experto en bodas: Adrián Pavía, el rosarino al que Lionel Messi no le cambió nada
El hotelero rosarino tiene 53 años y lleva dos décadas y media en el mundo del romance.

Adrián Pavía sabe todo sobre el casamiento de Lionel Messi y Antonela Roccuzzo, pero firmó un acuerdo de confidencialidad que le impide contarlo. Así y todo, el hotelero rosarino se animó a decir que el evento en Rosario fue “un trabajo más” en una carrera internacional de 23 años que sigue desarrollando con la mira puesta más allá del cartel de deportistas y otras celebridades.

Aunque la fiesta del actual futbolista de Inter Miami fue una noticia mundial en la década anterior, el organizador le resta importancia en su historial profesional. Curiosamente, la figura que ocupa ese lugar privilegiado es otra santafesina, Soledad Pastorutti, e incluso el “Chino” Maidana fue más relevante.

Antes de su presentación en un congreso de la International Association of Destination Wedding Professionals (IADWP), el gerente general del Hotel Colonial de San Nicolás habló con Vía País sobre las tendencias de la industria del romance, el crecimiento de las bodas destino y la situación de Argentina.

¿Qué dijo Adrián Pavía sobre la boda de Lionel Messi y Antonela Roccuzzo?

Cuando repasa nombres de personas famosas entre su clientela, Adrián Pavía prefiere a Nicolás Spolli en vez de Lionel Messi. La comparación no es futbolística, sino una valoración de su experiencia de trabajo en los casamientos de ambos deportistas.

Nunca vi a alguien tan enamorado como ese hombre. Lo que hicimos fue mágico”, recuerda el organizador de la fiesta del exjugador de Newell’s Old Boys, Roma y Catania. Además de la emoción del “Flaco”, destacó que fue su “primera boda virtual”, un proceso muy distinto al que transitó con la “Sole”.

El rosarino fue el primer experto de Argentina certificado por la IADWP.
El rosarino fue el primer experto de Argentina certificado por la IADWP.

En cuanto al matrimonio de Messi y Antonela Roccuzzo, el hotelero de 53 años sentenció: “Esa boda no genera en mí absolutamente nada”. De hecho, hizo fiestas “mucho más ostentosas” que la de City Center.

El experto en etiqueta y modales explicó que la discusión posterior al evento es “una zona de no confort por todo el conflicto que hubo” en los medios de comunicación. Aunque la lista de invitados incluyó a estrellas de la talla de Shakira, la chapa es lo de menos en la memoria del organizador.

¿Quién es Adrián Pavía?

Adrián Pavía nació el 9 de marzo de 1971 en Rosario, pero sostiene que “no hay nada de argentino o criollo” en su sangre. Fue el hijo del medio hasta 2018, cuando se enteró que tenía un cuarto hermano fruto del segundo matrimonio de su papá.

El gerente del Hotel Colonial de San Nicolás también trabajó en el Grupo Solans.
El gerente del Hotel Colonial de San Nicolás también trabajó en el Grupo Solans.

El hotelero estudió en el Colegio Don Bosco y su primer trabajo ya estaba ligado al mundo de las bodas en el atelier de su abuela materna, una diseñadora francesa de alta costura que hacía trajes de novia. Entre los recuerdos de su infancia, detalló: “Me daban la caja de agujas, yo cortaba los hilos y se los iba poniendo en un cuadro de terciopelo cuando ella bordaba”.

“Por muchos años dije que iba a ser modisto hasta que eso llegó a oídos de mi papá y me dijo que me sacara esa idea de la cabeza, que eso era para putos”, detalló el productor de eventos. Aunque la relación entre ambos fue muy conflictiva, se siente un “italiano” de pura cepa, sobre todo a la hora de cocinar.

Después de esa advertencia, Adrián empezó a recibir aviones de juguete y quiso ser piloto. Lo anunció el día de la boda de su hermana mayor y una vez más le pincharon el globo. En cambio, lo mandaron a la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).

Pavía acató la orden de su padre, pero además se anotó en el Instituto Superior del Profesorado 16 Bernardo Houssay y estudió el traductorado de inglés a escondidas. “Conseguí una beca y me fui a vivir a Inglaterra para estudiar fonética en Londres. Ahí me di cuenta que no tenía que volver a mi casa”, señaló.

- ¿Antes tuviste otro trabajo que no fuera en hotelería?

No, arranqué derecho. Estudié hotelería y terminé. En Europa y en muchos lugares del mundo, la gente se casa dentro de los hoteles, no existe el curro de los salones de eventos. Ahí encontré ese amor a las bodas porque yo no soy un tipo estanco. No puedo trabajar en la recepción, que es todos los días lo mismo: check in, check out. Cuando volví a Argentina vi una brecha comercial importante. Empecé a hablar en Rosario de los wedding planners y me miraban. No se usaba eso.

- ¿Cuánto tiempo estuviste fuera de Argentina?

Volví definitivamente en 2003. Toda la vida di clases en el Instituto Superior de Hoteleria y Restaurateur (ISHYR), en Oroño y Tucumán. Daba clases de relaciones públicas, hotelería y en la carrera de restaurateur.

La boda de Soledad Pastorutti y Jeremías Audoglio

La primera boda que armó Adrián Pavía en Rosario fue de una amiga íntima. La novia ni siquiera tenía el ramo para ir a la iglesia, así que decidieron improvisar uno sobre la marcha. “Hicimos una torre de obleas rellenas y hoy me lo recrimino porque se humedecen cuando las sacás del paquete”, recordó con una sonrisa.

El experto en etiquetas trabajó en el Hotel Presidente y años más tarde se hizo cargo del Hotel Colonial de San Nicolás. Cuando empezó a meterse en la industria del romance hacía cinco o seis fiestas por mes, pero su rol como docente le abrió una puerta inesperada para dar el gran salto profesional.

La pareja santafesina formalizó el vínculo en abril de 2007.
La pareja santafesina formalizó el vínculo en abril de 2007.

Mientras trabajaba en el ISHYR, el rosarino solía decirle a sus alumnos que le gustaría organizar la boda de Soledad Pastorutti. La rutina cambió cuando una estudiante levantó la mano y le avisó: “Profesor, yo fui a la escuela con Soledad y le voy a contar esto”.

Dos años después de aquel comentario de Belén Biasizzo, amiga de la novia, el representante de la artista lo sorprendió con un llamado. Una semana más tarde, la cantante le hizo la oferta soñada para celebrar su boda con Jeremías Audoglio en Arequito y Rosario. “Ahí cambió mi vida, mi carrera, mi agenda… Todo” concluyó.

La industria del romance en Argentina y las bodas destino

Adrián Pavía trabajó 18 años hasta que tuvo la posibilidad de elegir qué propuestas laborales aceptaba. “Empecé a viajar y a dar conferencias porque soy muy histriónico y mezclé mi know how, la educación y el mundo de las bodas”, explicó sobre su despegue internacional. Así llegó hace algunos días al escenario mayor del Congreso de Bodas y Eventos Espectaculares LAT 2024, un encuentro en la ciudad mexicana de León con 600 asistentes de 20 países.

El rosarino viajó a México para dar una charla en el Congreso de Bodas y Eventos Espectaculares de Latinoamérica.
El rosarino viajó a México para dar una charla en el Congreso de Bodas y Eventos Espectaculares de Latinoamérica.

Gracias a estas charlas con colegas y empresarios del rubro, el director del capítulo para Sudamérica de la IADWP descubrió “otro camino económico” en el negocio. Entonces asumió un nuevo objetivo: “Estoy armando una gran red a nivel mundial con un gran hilo conductor que es la industria del romance, que en Argentina no está explotado todavía”.

- ¿De ninguna manera? ¿No existe?

De ninguna manera. Hay un millón y medio de bodas que salen de la India y buscan destinos exóticos para organizar su boda y ninguna se realiza en Argentina.

- ¿Eso es porque no hay una red o porque Argentina no es atractiva?

Creo que Argentina es muy atractiva. Imaginate una boda en Ushuaia o Bariloche. Es re atractivo, pero Argentina necesita desarrollar alianzas, necesita dejar de hablar de competencia y empezar a hablar de colegas.

- ¿El problema son los organizadores de eventos?

No somos competencia, somos colegas. Estoy en millones de grupos de Whatsapp donde un colega de Guanajuato dice: “Este fin de semana tengo boda en San Miguel de Allende ¿Hay alguien que me pueda acompañar?”. Y el mejor organizador se baja y se pone en el papel de auxiliar. Olvidate, eso acá no va a pasar jamás.

- ¿Hay competencia porque la torta es chica o por una cuestión de mentalidad?

Hoy por hoy, las dos cosas. Acá hay mucho ego y poca profesionalización. Cuando preguntan en los congresos de donde son, yo solo levanto la mano y digo que vengo de Argentina. Yo tengo un reconocimiento del Gobierno de México para ser organizador especializado en bodas destino. Me preparé para recibir a cualquier cliente que quiera hacer bodas ahí. Si esta agencia tiene alguien que quiere casarse acá, me llaman a mí.

La boda de un experto en bodas y el sueño de la fiesta de la realeza

Adrián Pavía sostiene que “ningún evento es parecido a otro” en su historial de bodas. Así como organizó una celebración para 900 personas en otra época, hoy sostiene que una fiesta “bien hecha” no requiere más de 80 participantes.

Parte del trabajo del experto rosarino consiste en dejar sus gustos personales de lado. Por ejemplo, no le gusta el cotillón. También le apunta con ironía a otro ritual muy popular: “Tirar la botella de whisky me enferma. Eso de orangutanes, me quiero matar”.

El wedding planner realiza 12 eventos por año.
El wedding planner realiza 12 eventos por año.

Aunque todavía tiene muchos proyectos en marcha, el hotelero piensa en la posibilidad de mudarse a Italia más adelante y también tiene el país de sus abuelos en la carpeta de su propia boda. “Estoy a punto caramelo para casarme. Si las cosas van bien… Me propusieron matrimonio para diciembre”, precisó sobre la relación con su pareja brasileña.

Entre otras curiosidades, Pavía es fanático de los videojuegos de Nintendo y la Switch lo ayuda a distenderse tanto como la inteligencia profesional potencia su organización. Además es un apasionado del dibujo y aprovecha el talento a la hora de ayudar a las novias.

Antes del retiro en Europa, el rosarino sueña con un “broche” real para coronar su formación en normas de etiqueta y comportamiento social. Así como llegó a postularse para trabajar en el banquete de la entrega de los premios Nobel, admite que “alucina” con un llamado de Máxima Zorreguieta para colgar su traje laboral. “No necesitaría ser organizador, con ser camarero estoy”, remata.