Un hombre fue condenado a prisión perpetua por asesinar a su expareja, Noelia García, en 2018. Según se probó en el juicio, el condenado la ahorcó y luego simuló un suicidio. El testimonio de la hija de la víctima, de diez años, fue clave para la sentencia.
El Tribunal integrado por los jueces José Luis Suárez, Hebe Marcogliese y Trinidad Chiabrera halló responsable a Gerardo Nievas (32) por el delito de “homicidio doblemente calificado por el vínculo y por mediar violencia de género”.
Tras el fallo, el fiscal Gastón Ávila destacó en una conferencia de prensa que la clave para establecer que se había tratado de un femicidio y no de un suicidio fue el testimonio brindado en Cámara Gesell por una de las hijas de la víctima, de entonces 10 años, “que vio cuando el hombre asesinó a su madre”.
Ávila relató que en la madrugada del 23 de octubre de 2018, Nievas mató a García porque ella quería llevarse a los tres hijos que tenían en común a Buenos Aires. “En ese contexto, el condenado montó una escena que quiso hacer lucir como un suicidio, pero además del testimonio de la hija menor, de médicos, de familiares y otras pericias, como los análisis de ADN, pudimos derribar ese relato y probar que en realidad se había tratado de un femicidio”, señaló el fiscal.
Añadió que además, mediante las pericias del teléfono de la víctima se pudo demostrar de manera contundente que había sido un femicidio y que tenía antecedentes de violencia de género en esa pareja. Sobre el motivo del crimen, el fiscal consignó la mujer “quería volver a Buenos Aires y llevarse a sus hijos con ella, situación que no fue aceptada por el agresor, que decidió darle muerte y asimismo tratar de solapar esa situación de disimular con un aparente suicidio”.
Mientras la ahorcaba con un cable, le colocó una almohada sobre el rostro para que no pudiera gritar y así le produjo la muerte, acción que fue presenciada por la hija de la mujer, que se levantó al escuchar los gritos de su madre y le dijo a Nievas que la soltara, a lo que éste le respondió que la estaba “ayudando a respirar”.
Posteriormente fue él quien llamó a la policía y contó que en un momento se levantó para ir al baño y se topó con el cuerpo de Noelia, quien se había ahorcado con un cable atado a un ventilador. García era oriunda de la provincia de Buenos Aires y se había mudado a vivir a Rosario en 2009, cuando conoció a Nievas. Con él tuvo tres hijos de 5, 6 y 8 años.
Ambos convivieron en la casa donde fue asesinada hasta el 2015, cuando ella pidió la exclusión de hogar y regresó a Buenos Aires, donde volvió a formar una familia con dos hijas de parejas anteriores, aunque viajaba regularmente para ver a sus hijos que vivían con el condenado. Precisamente en uno de esos viajes, al que fue acompañada con su hija de 10 años, fue asesinada por Nievas, quien se negaba a que se llevara a vivir con ella a los tres niños que tenían en común.