El robot ecoguardián de Santa Fe que lucha contra la contaminación y regala sonrisas

Boti, el creador del juguete que cuida el medio ambiente contó a VíaPaís la historia de este juguete que lleva seis años generando conciencia: ya reciclaron 5 toneladas de plástico.

El robot ecoguardián de Santa Fe que lucha contra la contaminación y regala sonrisas
Bo-Tito, el ecoguardián santafesino

Uno desde el juego puede aprender muchas cosas, y si se aprende a cuidar el medio ambiente es un “golazo”. Esta es la tarea del robot ecoguardián que nació en Santa Fe, más precisamente en Carmen al sur de la provincia, y que ahora se expande por el mundo entero con un solo objetivo: “Cuidar nuestra casa en común”.

José María Rodríguez, junto a su pareja Daniela Czajkowski son los padre-creadores de “Bo-Tito”, un juguete creado exclusivamente con plástico de descarte hogareño. Atravesado por la ecología, José María, o mejor llamémoslo Boti para que sepa que hablamos de él, nunca imaginó que su creación volaría tan lejos y de manera tan diversa.

Hace seis años comenzó esta aventura, que a través de pruebas y errores ahora se expande por Uruguay, Chile, México, República Dominicana y hasta la Isla de Pascuas. Boti dialogó con Vía Rosario y nos contó que él se siente “parte de la solución y no del problema” ambiental que estamos atravesando.

Bo-Tito, el ecoguardián santafesino
Bo-Tito, el ecoguardián santafesino

Es por eso que la misión de su emprendimiento está en sintonía con el que él tiene en su vida, generar un cambio a su alrededor, por más chiquito que parezca, si sumamos todos los Bo-Titos que se hicieron hasta el momento: ¡se reciclaron más de cinco toneladas de plástico! “Bo-Tito te permite transformar los elementos ordinarios en uno extraordinario”, remarca su creador.

Sobre por qué eligieron plástico, pero no cualquiera sino el que generamos a diario en casa, sobre este tema Boti explicó: “El plástico no es malo, sino lo que es malo es la forma en la que lo consumimos, por lo que el problema es más de educación”. Ante esta situación la idea de hacer un juguete era la indicada porque “es más fácil de enseñar con el juego”.

Bo-Tito, el ecoguardián santafesino
Bo-Tito, el ecoguardián santafesino

Pero este robot no está apuntado solo para los más peques, la idea del equipo ecoguardián es “hacer interactuar a los más chicos con los adultos y esta idea no solo pasa a tener un impacto ecológico sino también social”.

“Una vez me preguntaron a donde quería llegar con Bo-Tito, y mi respuesta fue que lo hice para que sea libre, que sea de todos; no siento que sea mío”, contó y detalló: “Dedico los Boti y pongo: ‘Todo superhéroe necesita un compañero, acá te mandamos al tuyo’, porque para mi el superhéroe acá es el ser humano”.

Cómo es Bo-Tito, el ecogiardián santafesino

La elección de un robot no es casual, todo está pensado: “Es atemporal, le gusta al que tiene cero o mas de 99 años, no distingue género, no tiene colores que embanderen”, explicó y esto tiene lógica porque cuidar el planeta es tarea de todos.

Cada juguete es único porque los plásticos no se tratan y se usan con su forma original, pero “lo que si tienen todos son tres características de diseño: no están deformados los plásticos que se usan, por lo que uno los puede identificar y ver que esas cosas están en casa; tiene que tener facciones amigables y no puede tener armas porque es un ecoguardian. Bo-tito nos va a ayudar a cambiar la conducta desde la inclusión, no desde el ataque”.

Bo-Tito, el ecoguardián santafesino
Bo-Tito, el ecoguardián santafesino

La idea es concientizar a través del juego a grandes y chicos; y para eso no solo venden y explican como hacer el robot sino que también dan capacitaciones y cursos en diferentes espacios porque todos somos parte del gran cambio ambiental que el planeta nos está pidiendo. “Compartir el juego, buscar la complicidad, es un gesto de amor con nuestro entorno y nosotros mismos”, esa es la clave.

Además, Boti nos contó que las funciones y propósitos de cada robot solo están limitados a la imaginación e ingenio de cada usuario. Con este juguete se trabaja la “motricidad fina, motricidad gruesa... la relaciona ojo-mano, formas, colores texturas”, detalla y contó sorprendido que ahora “está usando como muñeco de apego para personas de la tercera edad”.

Quiénes están atrás de Bo-Tito

José María junto a Daniela son los creadores pero con ellos trabajan muchas personas que directa o indirectamente forman parte de esta legión que lucha contra la contaminación plástica.

No somos una mega empresa, si se mide desde lo económico puede no ser exitosa, pero nosotros estamos mas preocupados por los valores, y el valor no es precio, el valor es todo lo que puede hacer”, aseguró y remarcó que en sus charlas en lo que hacen hincapié es en “que el éxito no lo midan solo desde el ingreso, sino que se tiene que medir desde el impacto”.

Bo-Tito, el ecoguardián santafesino
Bo-Tito, el ecoguardián santafesino

En Santa Fe son cuatro los integrantes del equipo, y a ellos se suma un grupo en Buenos Aires, pero también cuentan con la colaboración “de muchas personas que se van sumando”, con esto hace referencia a los recicladores que fueron capacitados por ellos para que les entreguen el material de trabajo, los emprendedores y las familias que ven su trabajo y empiezan a reciclar en primera instancia el plástico para poder dárselo y que siga llenando de ecoguardianes el país.

El triple impacto del robot ecoguarian

El objetivo de este emprendimiento es generar un “triple impacto” y así lo explicó Boti: “Con esto me refiero a que genere:

  1. Un bien ambiental ya que evita que el plástico de todos los días se descarte en un basural.
  2. Impacto social: la gente nos manda los plásticos y hemos capacitado a centros de reciclado para que ellos nos puedan proveer.
  3. El impacto económico, donde no solo nosotros tenemos ingreso sino que podemos sensibilizar y capacitar a otros emprendedores”.
Bo-Tito, el ecoguardián santafesino
Bo-Tito, el ecoguardián santafesino

Innovar es darle una vueltita de rosca a lo que ya esta inventado y darle otra característica de valor”, aseguró Boti y vaya si no es cierto con su juguete que ayuda a recircular el plástico y que este no ocupe espacio o contamine el medio ambiente por 400 años, si, este material tarda 400 años en degradarse.

Es por esto que Boti se siente exitoso, porque su “hijo” genera cambios, chiquitos pero fundamentales en las personas que interactúan con él. Así cada uno aporta su granito de arena y eso hace que poco a poco cuidemos “nuestra casa en común”, el planeta Tierra.