Después de un año y medio sin repeticiones de las crisis por los incendios en las islas entrerrianas, Rosario se reencontró con el humo este martes en el corazón del mapa urbano. El fenómeno encendió la preocupación en diferentes puntos de la ciudad, sobre todo en el caso de personas con dificultades respiratorias.
Justo cuando el frío empieza a levantar el pie del acelerador y las enfermedades del invierno emprenden la retirada, el olor a quemado volvió a merodear las calles durante la tarde. Por si quedaba alguna duda, el efecto del fuego era claramente visible desde cualquier edificio ubicado sobre la costa del Paraná.
¿Por qué hay humo en Rosario?
De acuerdo a los mapas satelitales, el humo apareció en Rosario por incendios. Sin embargo, hasta este martes a la noche sólo se habían registrado dos focos activos al otro lado del río. En cambio, otras zonas de islas ubicadas al norte del área metropolitana tenían bajo llamas zonas mucho más extensas.
Como si esto fuera poco, la quema de pastizales también se mantiene como un problema al oeste y el sudoeste del mapa urbano. Si bien esto no afectó la circulación la autopista a Córdoba y otros accesos, tampoco colaboró frente a un panorama incómodo en cuanto a la calidad del aire.
A diferencia de lo que ocurría entre Rosario y Victoria, los incendios cubrieron una superficie mayor a la altura de Monje, unos 70 kilómetros al norte de la ciudad. La capital provincial también tuvo que hacerle frente al humo, aunque el viento jugó a favor para buena parte de la población.
El olor a quemado que se sintió este martes fue una versión edulcorada de los peores días que vivió el sur santafesino entre 2020 y 2022, cuando buena parte del Delta del Paraná fue consumido por las llamas. El fuego provocó daños importantísimos, pero sólo se abrieron unas pocas causas judiciales frente a las denuncias y reclamos por quemas intencionales.