De abogada a escritora infantil: el sueño que Sarah Mulligan se animó a cumplir

Esta santafesina, desde muy chica, tenía una vocación fuertemente marcada por lo artístico. Cada noche, antes de irse a dormir, deseaba crecer rápido porque estaba convencida de que tenía algo para ofrecerle al mundo.

De abogada a escritora infantil: el sueño que Sarah Mulligan se animó a cumplir
Sarah Mulligan, la escritora e ilustradora infantil que dejó atrás los mandatos para seguir su vocación.

Sarah Mulligan es una reconocida escritora e ilustradora infantil, oriunda de la provincia de Santa Fe. Desarrollar esta vocación, sin embargo, no fue fácil: primero debió animarse a dejar atrás su exitosa carrera como abogada y perseguir su sueño.

En diálogo con VíaPaís, explicó que lo que hace no es un trabajo, sino un propósito de vida. Desde niña ha tenido fuertes inclinaciones por el mundo artístico, y cada noche cuando se acostaba a dormir, antes de entrar en un sueño profundo, deseaba crecer rápido porque tenía algo que ofrecerle al mundo.

“Dibujaba, pintaba, hacía teatro, pero luego del secundario llegaron esos mandatos familiares que siempre están muy marcados: estudiar. Ser artista era mal visto”, señaló la escritora. Al cumplir los 18 años se fue de Venado Tuerto, su ciudad natal, y estudió Derecho en Rosario.

El primer cuento que escribió Mulligan es 'Bernardita la estrellita', cuando aún ejercía de abogada.
El primer cuento que escribió Mulligan es 'Bernardita la estrellita', cuando aún ejercía de abogada. Foto: Gentileza

Sin dudarlo, se adentró en esta profesión y dejó atrás ese llamado que tenía. A los dos años de recibida escribió su primer libro. Daba charlas e incluso hacía informes sobre doctrina jurídica. Es al día de hoy que los jueces continúan citando sus escritos.

Romper con los mandatos: cómo descubrió que la abogacía no era su camino

“Con los años gané un premio internacional en España sobre las medidas autosatisfactivas, pero cuando fui allá a recibirlo, algo pasó”, recordó. En medio de bandejas llenas de comida, aplausos y luces, comenzó a sentirse fuera de lugar.

Mulligan después viajó a Praga, donde había arreglado encontrarse con unas amigas. Una angustia la envolvió y, entre el frío y la lluvia, se encontró en una oscura Iglesia, donde la estatua solitaria de Jesús era lo único levemente iluminado. Hubo una identificación con esa soledad a tal punto que pidió no volver a sentirla nunca más.

Sarah Mulligan nació en Venado Tuerto, localidad de la provincia de Santa Fe.
Sarah Mulligan nació en Venado Tuerto, localidad de la provincia de Santa Fe. Foto: Gentileza

“Era una soledad de mí misma por no dejarme ser quien soy en esta vida, la única vida que tengo”, expresó, y luego sumó: “Entendí con el tiempo que el único mandato que hay que seguir en realidad es el de la autenticidad. Cumplir la función que venimos a cumplir, ser quienes somos”.

Sarah siguió su vocación y se convirtió en escritora infantil

Fueron años de deconstrucción, de sincerarse con ella misma. En base a lo que contó, cuando comenzó a profesionalizarse en la escritura infantil sintió que se estaba volviendo loca y se vio algo desorientada, pues estaba comenzando de cero.

“En esos momentos, lo importante es persistir”, aconsejó Mulligan. Este llamado al mundo artístico estaba desde sus primeros años de vida, y es que hay algo de su persona que tiene que ver con aquellos momentos que desarrolló en su infancia.

Describe los cuentos como un puente emocional, y aconseja leerlos entre parejas o familiares. De niña, mientras su madre cocinaba, ella se sentaba a su lado y leía historias en voz alta, logrando que el olor de la comida se mezclara con sus palabras.

En este sentido, indicó: “Para mí un cuento es un abrazo de palabras que se pronuncia con el corazón. Es un puente de amor, quizás porque yo lo viví así de chica”. Lejos de romantizar su niñez, recuerda esos tiempos como momentos llenos de fantasía.

“Allá en Venado Tuerto no tenía tantos juguetes, por lo que la imaginación estaba siempre. Lo recuerdo con ternura, y ese es mi propósito: dejar huellas de ternuras en todos a través de las imágenes, las palabras y la música”, señaló con una sonrisa enorme.

Los cuentos de Sarah Mulligan: historias para padres e hijos

Los primeros años de vida de una persona son claves para su desarrollo cognitivo. Esta profesión implica adentrar a un niño en una historia, por lo que se requiere de una gran responsabilidad y conciencia al momento de comunicar.

Cuando a un nene le llega un cuento, no lo elije él, sino su tutor, sus padres o un maestro. Mulligan está más que enterada de esto, y entiende que su público también son los adultos, que trabajan como mediadores.

Al contar historias, esta escritora intenta no pedagogizar y que se le de pie a los más chicos para que interpreten ellos mismos el cuento, utilizando su imaginación. Cada palabra está dirigida a los mayores, pero con códigos que puedan entender los menores.

Sarah Mulligan obtuvo mucho reconocimiento con su cuento 'El niño que sabía mirar'.
Sarah Mulligan obtuvo mucho reconocimiento con su cuento 'El niño que sabía mirar'. Foto: Gentileza

“Me interesa dejar una huella de amor, que el niño que lo lea tenga una experiencia estética y emocional. Sumergirlo y abrazarlo”, agregó. Mulligan opina que hay una responsabilidad de no bajarle línea a estos pequeños lectores.

Redes sociales: ¿Amigas o enemigas de los libros?

Sin duda alguna, Sarah está a favor de las redes sociales. En su mayoría, ella difunde sus obras a través de Instagram y Youtube. Además de escribir e ilustrar -dos cosas para las que tiene talento y preparación- también produce sus propios videocuentos.

Ahora bien, el problema está cuando su trabajo debe competir contra otras producciones digitales por la atención del chico. “Un video de TikTok tiene una rapidez y una experiencia audiovisual que capta a todos. A esto hay que sumarle que los niños tienen otros tiempos atencionales”, aseveró.

No obstante, y muy lejos de rechazar esta modalidad, cree que las redes sociales son una manifestación de lo que el humano necesita. Aún así, esto no quita que en los primeros años de vida, un nene necesita atención y cariño, y eso no se debe sustituir por una pantalla.

Sarah dejó atrás su exitosa carrera de abogada para seguir su vocación: "Hay que desatarse de los mandatos".
Sarah dejó atrás su exitosa carrera de abogada para seguir su vocación: "Hay que desatarse de los mandatos". Foto: Gentileza

“Borges decía que los niños son, ante todo, descubridores. Todos estamos descubriendo algo por primera vez, son momentos de sorpresa, y el adulto es el que debe estar ahí”, explicó Mulligan. Resumiendo lo que venía planteando, habló de las responsabilidades de los mayores para con los menores.

Entonces, recordó: “Me ha pasado de que lleguen chicos a mi casa y se pongan a ver la televisión, entonces yo les decía ‘che, vamos a parar y vamos a leer un cuento’. En el abrazo y la atención plena que yo les dediqué, los niños se quedaron, y es que nadie escapa al amor”.

Un cuento para Navidad

La ilustradora cree en la inspiración, así como también en la voluntad. Para cada uno de sus cuentos, no solo deja volar su imaginación, sino también la investigación; así mismo ocurrió con ‘La niña del cisne’, que trata de una nena en silla de ruedas que decide aprender a bailar tango.

Para llevar adelante este cuento, primero se interesó en los problemas de accesibilidad que tienen las personas con esta discapacidad. Entonces, se comunicó con una conocida de Buenos Aires que anda en silla de ruedas y ella le contó cómo es su cotidianidad.

Sarah Mulligan, la escritora e ilustradora infantil que dejó atrás los mandatos para seguir su vocación.
Sarah Mulligan, la escritora e ilustradora infantil que dejó atrás los mandatos para seguir su vocación. Foto: Gentileza

Hay todo un trabajo detrás de esta autora, y siempre es inspirada por algo. Entre las ideas que surgen, están las fechas patrias o célebres. La Navidad de los niños puede ir acompañada de ‘La estrella del oriente’, un relato para compartir en familia.

Esta santafesina siempre se vio conmovida por aquellos que atraviesan las fiestas de fin de año en soledad, una emoción que la interpeló mucho en su momento. Entonces, nació esta historia que involucra a muchos personajes que se van encontrando gracias a su guía: la estrella del oriente.

Un jardín de La Rioja podría llevar el nombre de Sarah Mulligan

Desde chica, Sarah estaba convencida de que había llegado al mundo para dejar una huella. Efectivamente así fue: sus cuentos alcanzaron a miles de niños y fueron leídos por padres, hermanos, abuelos e incluso maestros y maestras jardineras.

Así sucedió en un jardín de infantes de la ciudad de La Rioja, en donde la imagen de esta escritora santafesina ha influido a más de uno. Es por este motivo que las autoridades de la institución educativa se comunicaron con ella para avisarle de una iniciativa: llamar al lugar con su nombre.

Si bien se trata de un proyecto que todavía está siendo debatido en la Cámara de Diputados de la provincia, esto habla del esfuerzo y talento de esta mujer, que lejos de conformarse con lo que construyó durante años, decidió rearmar su vida en torno a su sueño.

Un jardín de la ciudad de La Rioja se llamará 'Sarah Mulligan'.
Un jardín de la ciudad de La Rioja se llamará 'Sarah Mulligan'. Foto: Instagram @sarahmulliganok

Ocurrió en el Jardín de Infantes N° 69, ubicado en el barrio Urbano 40. Sarah fue elegida ante la necesidad que hay de fortalecer la literatura infantil en los niños y niñas, y desde su lugar de escritora coopera para que esto suceda.

“Para mí es re fuerte”, expresó con entusiasmo. Entonces, sostuvo: “Ellos me llamaron, me dieron la noticia, y entre medio me pidieron que escriba un cuento para fin de año. Eso a mí ya me inspiró para escribir mi siguiente historia”.

‘¿Quién se cansa de jugar?’, el cuento de Sarah Mulligan para el fin de clases

De esta iniciativa que la conmovió a Mulligan nació su -hasta ahora- último cuento: ‘¿Quién se cansa de jugar?’. En el mismo se sigue la historia de Luli, una curiosa mariposa que había empezado a ir al Jardín de Infantes con los nenes y las nenas del barrio.

Esta protagonista lo pasaba tan bien que no quería que empiecen las vacaciones y se terminara eso. Y es que, como revela el título de esta nueva obra, ella nunca se cansa de jugar.

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