En un clásico completamente atípico por jugarse en Buenos Aires y sin público, aparecieron algunas postales que dieron las notas curiosas de la jornada. Por ejemplo, la imagen de un único choripanero que tenía como únicos clientes a periodistas y dirigentes, y también la de hinchas que se las ingeniaron para ver el partido desde la casa de al lado del estadio.
Habitualmente cada vez que hay partido, la cancha donde se juega está rodeada de parrillas con venta de hamburguesas y choripanes. Al no haber casi nadie en el estadio, un único choripanero fue más que suficiente para atender a los periodistas que fueron a cubrir el encuentro y a los dirigentes que acompañaron a cada plantel.
Si bien los hinchas no pudieron estar en el estadio, sí lo hicieron en los alrededores. De hecho un grupo de hinchas leprosos presenció el encuentro desde una casa lindera al Julio Grondona, aprovechando lo bajitas que son las tribunas. Para ese "palco", habrían pagado $10 mil, según indicó el periodista Hernán Cabrera.
Los canallas no fueron menos y también se hicieron sentir tirando bengalas azules y amarillas desde afuera, cuando el equipo de Edgardo bauza Salió al terreno de juego.