Cada vez son menos quienes cuentan con permiso para tener un arma de fuego en Rosario, pero no porque haya menos revólveres y pistolas en circulación, sino porque cayó drásticamente la cantidad de renovaciones de las habilitaciones. El principal motivo es el fuerte incremento de costos de estos trámites, y la consecuencia marcada reside en la consolidación de una nueva vía de crecimiento del mercado negro.
Hasta el año pasado el trámite para obtener un certificado de aptitud psicofísica para tener un arma salía $700 y lo hacía cualquier profesional. Ahora pasó a costar $3.500 y los pasó a realizar una única empresa que otorga turnos vía web. A esto se suma la obtención del carnet de legítimo usuario de arma, cuyo costo se elevó de $2.000 a cerca de $7.000.
Como dicho carnet vence a los cinco años, el número de renovaciones debería mantenerse constante, algo que desde la Red Argentina de Desarme estiman que tendría que estar en torno a los 7.000 mensuales en todo el país. Hasta 2017 cumplían el requisito 6.000 personas al mes, pero ahora el número cayó a 2.300.
Si el trámite no se completa, esa arma de fuego pasa a ser ilegal y debería ser secuestrada por la Anmac (Agencia Nacional de Materiales Controlados). La misma Red estima que sólo están registradas cerca de 550 mil armas de un total de 4 millones que habría en el país, y las mayores trabas no hacen más que incrementar la distancia entre ambas cifras.
"Tal como ocurre a nivel nacional, en Rosario ha sido notable la caída en la cantidad de legítimos usuarios de armas de fuego", manifestó Eduardo Rodi, perito y coordinador del Centro de Estudios Balísticos (Cesba)."Y esto claramente tiene que ver con los mayores costos", agregó en diálogo con Vía Rosario.
Desde su entidad se encarga, entre otras funciones, de capacitar tanto a civiles como a agentes de seguridad en el uso de armas de fuego. El experto indicó que hace unos seis años, con el estallido de la inseguridad en Rosario, había crecido mucho la cantidad de personas particulares que se anotaban a cursos para principiantes. Pese a que el contexto de violencia se mantiene, ahora son muchos menos los que practican tiro.
"Antes teníamos mayoría de civiles en nuestras clases, pero la tendencia ahora se revirtió por completo y hay amplia mayoría de oficiales", destacó. Claro que como la cantidad de armas no mermó, hay menos gente que se capacita en el uso de estos elementos, lo que también incrementa el riesgo.
Las estadísticas marcan que la inmensa mayoría de los homicidios en Santa Fe se producen con un arma de fuego. El 2017 fue récord en el secuestro de armas en la provincia, y sólo entre Rosario y Santa Fe se incautaron cerca de 1.700. Sólo en el primer semestre de 2018 se secuestraron 1.300 en la provincia, aunque algunas estimaciones hablan de que habría más de 200 mil sin registrar.
Es por eso que el Gobierno provincial avanzó con un programa para desarmar este circuito ilegal, a partir de la contribución de ciudadanos que brinden información y un mayor control a armerías y cotos de caza. "El problema de estas medidas es que siempre controlan más al que ya está controlado, pero avanzan poco y nada sobre el mercado negro", se lamentó Rodi.