El ministro de Justicia provincial, Ricardo Silberstein, consideró que las escuchas telefónicas a su par de Seguridad, Maximiliano Pullaro, "son de una gravedad institucional inusual". Sugirió que el juez de la causa, Nicolás Falkenberg, podría haber sido "objeto de una estafa procesal".
"El juez puede haber sido engañado y actuado con premura, o puede tratarse de una intervención telefónica ilegal, o una en la que el magistrado fue objeto de una estafa procesal", manifestó Silberstein sobre la determinación judicial de pincharle el teléfono a Pullaro.
Cabe resaltar que el juez había negado conocer a quién estaba espiando la Fiscalía, y añadió que ese dato "no se puede omitir".
"Si se suma que habría sectores políticos o de la policía, nos encontraríamos con una maniobra con oscuros intereses", sostuvo y consignó el diario Uno de Santa Fe.
Además cargó contra la Fiscalía por violar la cadena de custodia de los audios. "Cuando se tiene una escucha, existe una cadena de custodia que está a cargo de los fiscales. Alguno de estos fiscales filtró esto a toda la Argentina, de modo que no sólo podría tratarse de una estaba procesal o escucha ilegal, sino que se trata de algo mucho más grave", consideró el ministro.
"El que hizo esto lo hizo de mala fe o realmente tiene un absoluto desconocimiento del derecho. En primer lugar, no está el argumento principal para poder pedir la escucha, y en segundo lugar, no hay verosimilitud del derecho", apuntó.
Más temprano, se conoció el
audio de las escuchas a Pullaro
, el Ministerio Público de Acusación (MPA) se despegó del hecho y
, y el abogado del ex comisario, Adrián Rodríguez, dijo que su cliente es el
principal perjudicado por el escándalo.