Mientras aún persisten focos de incendios en islas del Delta del Paraná, una incipiente vegetación comienza a brotar entre las cenizas del humedal, donde numerosas especies de fauna silvestre fueron diezmadas por las últimas quemas.
Para los ecologistas que recorren a diario el territorio frente a Rosario, San Lorenzo y Puerto General San Martín, el rebrote de la vegetación "es un canto a la vida, un volver a renacer" después del desastre ambiental causado por los incendios.
"Si bien los focos se mantienen en lo profundo del Delta, las quemas han mermado y hay islas de la zona donde hemos visto cómo rebrota la vegetación entre las cenizas", explicó Pablo Cantador, integrante de la organización El Paraná No se Toca.
En diálogo con Télam, el ambientalista señaló como ejemplos puntuales a La Enramada, El Paranacito (cerca del legado Deliot), la isla Rosita (frente a San Lorenzo).
"Hay brotes y una pequeña cubierta vegetal que asoma debajo de especies como aromitos, ceibos y timbó, aunque todo lo que era semilla y que se encontraba abajo, no está, se quemaron todas", lamentaron desde el grupo ecologista.
Cantador agregó que "algunos árboles también están brotando", mientras que "otros se quemaron por completo". En este sentido, destacó que "un gran porcentaje de ceibos empezó a brotar", ya que "son los que más aguantaron el fuego".
El ecologista trazó luego un triste panorama en cuanto a la fauna que habita el lugar: "En la recorrida por todas estas islas, donde antes se veían no menos de 50 especies, ahora sólo se ven 15".
"Tampoco hemos visto las aves que emigran todos los veranos, sólo avistamos a dos especies, cuando por lo general ya tendrían que haber como ocho", subrayó.
Y dijo que aves laguneras y acuáticas como el chajá, desaparecieron junto con las lagunas. "No sabemos qué pasó con esas aves, al igual que los coipos (falsa nutria), que habitaban las márgenes del río. Escaparon o murieron por el fuego", aventuró el ambientalista.
Por otra parte, Cantador hizo referencia a la caza furtiva que se incrementó tras los grandes incendios. Sobre este punto, advirtió que los responsables "matan fácilmente a carpinchos y nutrias porque ya no tienen refugio en las islas".
En tanto, para Jorge Bártoli, otro ambientalista santafesino, una de las causas por las cuales no se ven ahora tantas quemas "es porque ya no queda mucho por quemar" y opinó que el humedal frente a Rosario se consumió "por completo".
"Si alguien quisiera prenderles fuego, no hay vegetación por quemar, pero lo positivo es que de entre las cenizas el rebrote verde viene asomando", afirmó el especialista.
Bártoli quiere creer que "lo peor de la crisis pasó" y la situación puede mejorar. A esto agregó: "Da la impresión que los controles, la actuación de la Justicia y este desfile de 50 imputados por los incendios en los tribunales tuvo un efecto disuasorio". No obstante, advirtió que el problema "seguirá existiendo en las próximas semanas y meses, porque sigue sin llover y el río Paraná sin crecer".
Finalmente, el licenciado en Ciencias Biológicas y director del Museo de Ciencias Naturales "P. Antonio Scasso", de San Nicolás, Jorge Liotta, dijo entre el 2 y el 8 de noviembre, "la cantidad de focos detectados volvió a crecer, aunque sin alcanzar valores muy elevados" (542 contra 441 de la semana anterior).
"En lo que va de 2020 se registraron 37.108 focos de calor, y agosto es hasta ahora el mes con mayor cantidad de focos: 15.882", reveló el especialista, en base a datos y observaciones obtenidas a través del seguimiento de un satélite de la NASA.