"Guardia colapsada. No hay más lugar", rezaba un cartel colocado en la entrada al Hospital Roque Sáenz Peña. El portón estaba cerrado y la imagen se viralizó este miércoles por la noche. Sin embargo, las autoridades aseguraron que siguen atendiendo pacientes y advirtieron: "Esto que pasó ayer no es bueno".
El director Matías Vidal admitió que el nosocomio funciona al límite de su capacidad debido a la pandemia de y están trabajando "a cama caliente". A pesar de la extrema demanda y la falta de comodidad en algunos momentos, afirmó que "la respuesta clínica y terapéutica está".
"El cartel ya no está. Vamos a ver quién es responsable porque no dimos ninguna orden. No cerramos la puerta, no pasa nunca eso", enfatizó el funcionario en un reportaje con Canal 3 para dar a conocer la situación este jueves por la mañana.
Vidal recordó que el Roque Sáenz Peña no es un efector designado para trabajar exclusivamente sobre casos con coronavirus. De esta manera, lo habitual a partir del primer diagnóstico es coordinar la derivación a otros puntos de la red municipal como el Hospital Carrasco o el Clemente Álvarez.
Por otra parte, el director del nosocomio indicó que están recibiendo muchos pacientes más de los que habitualente llegan desde el sur, sudoeste y Villa Gobernador Gálvez. Puntualmente comentó que sumaron "una población con cobertura de obra social", la cual "no está encontrando respuesta" en sus centros de salud de referencia y van a pedir el hisopado.