La noticia de que un chico de nueve años había sido asesinado en barrio Tiro Suizo conmocionó a todos el miércoles por la tarde, sobre todo por la edad de la víctima. Sin embargo, las investigaciones de la Fiscalía derribaron esta hipótesis y fortalecieron la de un accidente por manipulación del arma.
La fiscal de Unidad Homicidios Dolosos, Marisol Fabbro, logró establecer que el pequeño Thiago Avaca se había reunido con sus amigos Alexis, Brandom, Fernando, Álex, Uriel y Lucas en una vivienda de Lamadrid al 1600.
Mientras jugaban a la PlayStation, un muchacho arribó al lugar con una mochila y la dejó al alcance de los chicos. Se trataba de Pablo G., tío de uno de los menores. Uno de los nenes fue hasta el bolso, lo revisó y encontró el arma.
Luego se pusieron a jugar con la pistola hasta que uno de ellos disparó accidentalmente al cráneo de Thiago. Entonces fue todo desesperación, porque llevaron de urgencia al Hospital Roque Sáenz Peña al menor, pero minutos después murió.
Allí se tejió la versión del presunto hombre que habría disparado tres veces asomándose por una ventana, en un presunto ataque mafioso. Pero todo se cayó porque Thiago tenía una sola herida de bala, y sólo se encontró una vaina servida.
Luego fue Alexis, de 17 años, quien se quebró y confesó que su hermano le había dicho que Álex, de 11 años, había sido quien le disparó accidentalmente contra Thiago. Pero la madre de Álex dijo que su hijo le reveló que había sido Fernando, el hermano de Alexis, quien efectuó el disparo fatal.
Lo cierto es que todos fueron sometidos al dermotest pero no se conocieron los resultados del mismo. Posteriormente se los puso a disposición de la Secretaría de Niñez, mientras se busca al dueño del arma que se dio a la fuga.