La bajante en el río Paraná, la peor de los últimos 30 años, provocó que los buques carguen menos granos en las terminales portuarias de Rosario, además de ocasionar demoras en el proceso de exportación y en la llegada de las barcazas con soja provenientes de Paraguay, informó la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
"La altura del río Paraná en el puerto de Rosario ha descendido hasta el metro de altura, nivel que no quiebra hace más de 30 años", destacó la entidad y señaló que por eso "se resiente la carga máxima de los buques, exigiendo extremo cuidado en el practicaje para evitar varaduras".
La baja en el nivel del río se debió a lluvias "por debajo de lo normal" en la cuenca Paraná-Paraguay. Esto provocó que en el puerto rosarino la altura del río alcanzara el metro de altura, "muy por debajo" del mínimo 2,47 metros que debe registrase en dicha terminal.
Esta problemática obliga a los buques a "ajustar el volumen de carga" a la baja. Por ejemplo, en un buque Panamax, con una capacidad de carga en tono a los 60.000 a 65.000 toneladas, perder 3 pies de profundidad implica dejar de cargar entre 6.000 y 7.500 toneladas por buque.
Además, la Bolsa alertó que esto genera demoras en el proceso de exportación, ya que "la bajante obliga a mayor prudencia de los pilotos y prácticos en las maniobras con los buques, en particular en los canales de acceso y pasos críticos ya que existe una posibilidad creciente que se registren varaduras en el río, lo cual puede afectar la óptima navegación en el sistema".
Esta situación también provoca demoras en la llegada de las barcazas proveniente de Paraguay con soja de entre 10 y 15 días. "Esta mercadería es muy importante para la industria local porque, mezclada con poroto de soja de origen argentino, ayuda a elevar el nivel de proteína de la harina de soja para cumplir con las exigencias de la demanda internacional", remarcó la entidad.
Otro punto en que hizo hincapié la entidad bursátil fue en la posibles demoras en la carga de aceite de soja, que podría demorar también el ritmo de exportación de harina de soja y una "posible ralentización del programa de embarques de maíz en abril y mayo, lo cual podría generar problemas de saturación en la capacidad de almacenaje del grano dentro de los puertos".