La última venta canalla fue la del chileno Alfonso Parot, que se fue a la Universidad Católica a cambio de u$s600 mil brutos, una cifra sumamente exigua para mantener un plantel de los más costosos del país.
Esto, sumado al desfavorable contexto económico y a la inversión que realizó Central en este mercado de pases, derivó en una crisis económica que se manifestó primero en protesta de jugadores por atrasos en el pago de premios, y luego en una serie de cheques rechazados con los que se pretendía pagar sueldos.
La Agrupación Canayas Unidos, que en las elecciones pasadas compitió bajo la lista Fuerza Auriazul con Mario Moretti como candidato a presidente, emitió un comunicado alertando sobre esta situación.
"Estamos preocupados como agrupación por saber de dónde va a salir el dinero para bancar la situación. Si no tenemos un jugador que salga crack como lo fue Di María y Lo Celso, vamos a estar complicados ahora y en el futuro", dijo Moretti a Radio Mitre Rosario.
Respecto a los cheques rebotados, el dirigente afirmó que los mismos "fueron tirados para adelante", y aunque los futbolistas no cobraron, "tienen promesas" que sí lo harán en las próximas semanas. "No sabemos si podemos tener una quita de puntos o no", advirtió.
Moretti resaltó que los propios dirigentes admitieron que estaban obligados a vender o buscar alguna otra herramienta como el armado de un fideicomiso, tal como lo hizo Newell's, para paliar la situación. Respecto a posibles partidas, hubo sondeos por Jeremías Ledesma, Leonardo Gil y Maximiliano Lovera, pero se trata de tres pilares para Diego Cocca, y la partida de alguno de ellos resentiría a un equipo que está peleando por la permanencia.