Ludmila todavía no cumplió cuatro años y ya padece una enfermedad causada por el uso de agrotóxicos: los médicos le confirmaron que tiene glifosato en sangre. Hartos de realizar presentaciones judiciales para lograr el traslado de un depósito de estos productos, su padre decidió encadenarse a la puerta del galpón.
El depósito en cuestión se ubica a 30 metros de la vivienda de Ludmila y su familia, en la localidad santafesina de Bernardo de Irigoyen, y está clausurado desde hace casi un año por estar ubicado en una zona residencial.
"Sin embargo se sigue usando igual, porque acá todos son cómplices al haber plata de por medio", se quejó Edelmiro, el abuelo de la chiquita, en diálogo con el sitio Info Más. Mientras esto ocurre la niña debe utilizar barbijos, sufre permanentes descomposturas y tiene un altísimo riesgo de sufrir leucemia.
"Se lo detectaron cuando tenía un año y ocho meses y desde entonces le debieron hacer tres transfusiones de sangre. Ella ya sabe, capta el veneno a la distancia cuando están fumigando o trabajando y se descompone", contó el abuelo.
El último 10 de abril sufrió una importante descompostura, con vómitos y dolores de cabeza, y debió ser trasladada de urgencia a un Samco de Barrancas, donde quedó temporalmente hospitalizada. Con el encadenamiento, su padre espera que de una vez por todas las autoridades tomen cartas en el asunto.