"Se perdió todo…", así lo comunicaba Rodrigo Saltanovich, propietario de la esquina más tradicional de Miramar de Ansenuza, donde funciona el Petit Restaurante que durante la mañana de este sábado se vio envuelto en llamas que en cuestión de minutos, devoraron todo.
Las imágenes fueron impactantes, las llamas se elevaban al cielo llevando consigo años de trabajo, de esfuerzo, de dedicación, y también, lo recaudado durante la temporada, con lo que debían hacer frente a los salarios de los empleados del lugar.
Sin embargo, el primer mensaje de su propietario, fue agradecer que no hubiese que lamentar heridos, y salir a pedir la colaboración de la gente para limpiar y poder volver a trabajar lo antes posible.
Y la respuesta de vecinos y turistas no se hizo esperar: "Algo mágico sucedió", expresó Rodrigo. "Perdí todo el trabajo de 25 años, todos los veranos de mi adolescencia, de mi juventud y madurez"; pero lejos de quedarse en el lamento, fue tomando la fuerza y energía que recibía de la gente a través de mensajes esperanzadores y de apoyo.
Los mensajes en las redes sociales se fueron replicando de a cientos, y de repente comenzaron a llegar personas con hornos, sillas, mesas y platos: "En este mundo en el que parece que el egoísmo prima y la generosidad escasea, apareció gente que agarró palas, escobas, troncos carbonizados, restos de mí, y los juntó", expresó Rodrigo, y confesó: "Hoy estoy triste, muy triste, porque el Petit para mí no era mi trabajo sino parte de mi vida, pero juro que nunca esperé tanta solidaridad, tanto amor, tanto".
Así fue, como el mismo domingo, después de horas de intenso trabajo sacando los restos carbonizados de lo que había quedado del feroz incendio, los voluntarios agarraron mangueras y escobas, acomodaron sombrillas, mesas y sillas, y todo quedó listo para recibir a los clientes que no tardaron en ocupar cada uno de los lugares dispuestos, manifestando así su apoyo incondicional a la familia, que una vez más, demostraba su fuerza, su pujanza, renaciendo de las cenizas.
El Petit Restaurante ahora es Renacer Petit, y con un cielo infinito, colmado de estrellas, recibió a los cientos de comensales que disfrutaron de la más rica gastronomía y bailaron en la pista como tantas otras noches.
Un nuevo ejemplo de resiliencia, voluntad, perseverancia y fortaleza de un miramarense acostumbrado, junto a su gente, a renacer, a resurgir, a volver a comenzar a pesar de las adversidades.