Amante del arte desde muy pequeña, llegó al mundo de la moda casi por casualidad. Betiana Pavón nació y vivió en Villa del Rosario hasta sus 18 años, luego se instaló en Córdoba para estudiar Arquitectura, pero también cursó materias de Diseño Gráfico, Fotografía y Bellas Artes.
Mientras estudiaba, trabajaba en una productora audiovisual donde hizo unas gorras customizadas, "de cotillón", para una producción de fotos "y así aparecieron las primeras gorras Alaska, que gustaron, pero no fue algo pensado, surgió solo", comenta Betiana, quien recuerda que los primeros en usarlas fueron sus amigos y conocidos, hasta que comenzaron los pedidos en locales comerciales de Córdoba.
Betina dejó la fotografía y se fue interiorizando en el mundo de la sombrerería con la idea de "incluir al sombrero como una pieza más de nuestro vestuario, revalorizando su uso".
Así nació Alaska Accesorios que ya cumplió cinco años y no para de crecer. Hace casi un año, Betiana llegó a Barcelona para realizar un programa sobre biomateriales y nuevas tecnologías aplicadas a la industria textil. Después de seis meses de intenso cursado, surgió "Deconstructive Heads", un proyecto de tres prototipos de accesorios para la cabeza construidos a través de fabricación digital y con añadido de circuitos electrónicos, para que emitan luces y reaccionen mediante sensores a diferentes estímulos.
El éxito de la propuesta la llevó a conseguir una beca para seguir trabajando en el Instituto de Arquitectura Avanzada de Catalunya, en su proyecto de sombrerería contemporánea. Así fue como se presentó al concurso de Samsung "Innovation Project", que premia a los jóvenes talentos que incluyen a la tecnología en la moda, resultando ganadora, lo que derivó en que pudiera presentar sus sombreros al Fashion Week de Madrid.
Entre tantos éxitos y logros alcanzados, Betiana reconoce que "hoy las herramientas digitales nos permiten mostrar lo que hacemos sin límites. Las redes sociales bien utilizadas son una vidriera y un currículum que podemos mostrar en cualquier parte del mundo".
Feliz y agradecida por todo lo conseguido, Betiana sigue trabajando en nuevos proyectos: "Estoy trabajando en piezas que puedan ser exhibidas en muestras de diseño, arte o portadas en cabezas de artistas, como algo más conceptual", expresó mientras asumió que "ni en mis más anhelados sueños imaginé vivir algo así", agradeciendo el apoyo de "todas las personas que me acompañaron e inspiraron, sobre todo a mis padres y familia que siempre me apoyaron en todas mis decisiones, y me dieron las libertades y alas que hoy me permiten estar en otro país viviendo esta experiencia inolvidable".
Con su corazón siempre en su Villa del Rosario natal, Betina asume que es el lugar en donde tiene los recuerdos de una infancia y adolescencia feliz, donde están sus seres queridos y adonde vuelve con regularidad. "Mantengo los lazos a través de videollamadas y redes sociales con las personas que extraño. El día que vuelva a Argentina, será mi primer destino de visita", aseguró la diseñadora que se animó a dejarle un mensaje a los jóvenes: "Crean siempre en su vocación, en ese proyecto o idea que tengan. El trabajo y horas que uno dedique en eso, que es algo propio y genuino, no defraudará nunca", puntualizó.