En Resistencia, la contaminación acústica es un problema creciente que afecta la calidad de vida de sus ciudadanos. Es por esto que un grupo de investigadores de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) realiza un estudio de caracterización del ruido en la capital chaqueña.
El proyecto del Instituto de Geografía (IGUNNE), de la Facultad de Humanidades de la UNNE, tiene por objeto elaborar “Mapas Acústicos de Ruido Urbano” como herramienta para el análisis y gestión del Ruido Urbano en Resistencia.
El proceso de investigación comenzó antes de la pandemia, de manera que la cuarentena afectó el estudio debido la reducción de ruidos causada por el escaso movimiento de personas y número de actividades en la ciudad. Es así que se espera poder continuar el estudio cuando todo vuelva a la normalidad.
Según la responsable del estudio, Silvia Ferreyra, y la directora del Instituto de Geografía, Lliliana Ramírez, los resultados obtenidos antes de marzo de 2020 indican que el área del macrocentro de la capital chaqueña presentaba en aquel entonces niveles de ruido superiores a lo normal.
Explicaron que, una vez logrados los mapas acústicos, se podrá contar con información de rigor que sustente la definición de posibles medidas para mitigar las causales del ruido urbano que afecta la calidad ambiental de la ciudad y, por consiguiente, la salud de los ciudadanos.
Ferreyra y Ramírez también señalaron que, si bien los estudios del grupo se están abocando a la ciudad de Resistencia, estiman que las experiencias del trabajo podrían actuar como promotoras de nuevas iniciativas en otros puntos de la región.
El proceso de investigación
En cuanto a la modalidad de realización de las mediciones, precisaron que se hicieron relevamientos en dos turnos: de 8:00 horas a 10:00 horas, y de 12:00 horas a 14:00 horas, en 16 puntos muestrales que abarcan las avenidas más transitadas del macrocentro.
Utilizaron un decibelímetro Sound Level Meters para mensurar el ruido, y calcularon con la información obtenida los “Leq” (nivel de sonido continuo). El equipo es situado a una altura de 1,20 metros del suelo, y a una distancia de entre 1 y 2 metros de la fachada de los edificios para disminuir el efecto rebote el sonido contra las paredes. Cada muestra tiene una duración de 15 minutos, y se efectúa en modo “slow”, con una lectura por segundo. Así cada muestra está compuesta por 900 valores de Lp.
Con los valores obtenidos de la medición, se realizó una interpolación de estos para así luego elaborar el mapa a partir de representaciones continuas de fenómenos registrados discretamente.
El mapa en sí es una representación gráfica de los niveles de ruido que existen en una zona concreta, donde se produce el propio ruido, que son imprescindibles para determinar el grado de exposición de las personas en un determinado lugar y realizar un correcto diagnóstico del ruido ambiental.