César Sena, imputado por el homicidio de Cecilia Strzyzowski, su exesposa, habría comenzado una huelga de hambre en el Servicio Penitenciario Provincial (SPP) donde está alojado hace menos de un mes. Dicha protesta, presuntamente, se inició por no brindarle una pava eléctrica y un anafe.
El imputado por homicidio triplemente agravado fue detenido en junio, en el marco de la investigación por la joven desaparecida. Todos los indicios apuntan a que él la asesinó junto a sus padres, Emerenciano Sena y Marcela Acuña, quienes también permanecen tras las rejas.
El heredero del clan piquetero, quien no comparte celda con otros presos, informó a las autoridades del penitenciario por la mañana del lunes 31 de julio que dejaría de comer sólidos. Tomó esta decisión luego de que no le autoricen el ingreso de una pava eléctrica y un anafe debido a los posibles riesgos que significa.
Según precisaron a Diario Norte, Sena ya había requerido un televisor y celular, pero esta demanda tampoco prosperó. Trascendió que dentro de la cárcel lo apodan “Cascotito” y “Mata mujeres”, y luego de sus reiterados pedidos, entre los presos empezaron a llamarle “Caprichito” también.
LAS PRUEBAS QUE CONDUCEN AL FEMICIDIO DE CECILIA STRZYZOWSKI
La fiscal Nelia Velázquez enumeró en diálogo con VíaPaís las principales pistas que manejan para advertir que se trató de un femicidio. El jueves 13 de julio, revelaron que la sangre hallada en los muebles que estaban en la casa de los imputados efectivamente es de Cecilia, y aún resta analizar los nuevos rastros encontrados en la camioneta de César.
Pero el primer indicio que tuvo el equipo judicial para imputar a los implicados fue las cámaras de video de una vecina de los Sena, que dan cuenta del ingreso y egreso de todos. Se vio a la víctima entrar al domicilio, pero nunca salir.
Por otro lado, la geolocalización de los celulares. Strzyzowski se comunicó por última vez con sus familiares el viernes 2 de junio en horas de la mañana. Luego, César se habría hecho pasar por ella hasta que finalmente se desactivó su móvil.
En tanto, no hay que pasar por alto que el 6 de junio, cuando Gloria Romero efectuó la denuncia por la desaparición de su hija, César y Marcela Acuña -su madre- habrían comprado nuevos teléfonos celulares para cada uno.
La funcionaria judicial también nombró las diferentes declaraciones testimoniales recepcionadas a lo largo de la investigación. César, el principal sospechoso, cuando testificó por primera vez presentó una serie de contradicciones en sus relatos.
En este sentido, y no menos importante, resulta clave la declaración de la psicóloga de Strzyzowski. Según sus sesiones con la víctima, fue la suegra de Cecilia quien “le ofreció el viaje a Ushuaia”, reforzando la hipótesis de que se trató de un homicidio premeditado.
Las búsquedas de Google y YouTube de Cecilia y su esposo también son relevantes. El imputado de 19 años googleó aquel día qué pasa con “el alma de un ser querido cuando muere violentamente”, también: “así reaccionaron estos criminales al escuchar su sentencia”, y buscó: “¿Puede un revólver usar silenciador?”, entre otras cosas.
Velázquez señaló como otra prueba relevante los elementos secuestrados en los rastrillajes, y que fueron reconocidos por la mamá y la tía abuela de Cecilia. Se trató de unas valijas con ruedas negras, un bijouterie y un dije en forma de cruz. También hallaron tarjetas de crédito y débito de la joven (estaban a su nombre).
Mencionó los restos óseos que dieron positivo como humanos y fueron hallados en el campo de los Sena y en el río Tragadero. “Han sido examinados por un equipo interdisciplinario integrado por profesiones de Córdoba, Corrientes y nuestra provincia. Llegaron a la conclusión de que corresponden a una persona adulta, sin poder precisar edad o sexo”, aclaró.
No obstante, al estar triturados y calcinados, fue imposible obtener un resultado preciso. Se trata de fragmentos quemados y triturados de una falange de la mano, otra del pie y un metatarso; la pieza más grande mide 3,5 centímetros por 1,5 centímetros.
Por su parte, y tras confirmar que los rastros de sangre hallados en la casa de los Sena coinciden con el ADN de Strzyzowski, el letrado Fernando Burlando, quien ahora representa a la querella, insistió en que es un indicio clave con el que “se cierra totalmente el círculo probatorio”.
Aún así, la querella presentó una nueva hipótesis ante los fiscales que explicaría la razón por el cual los imputados le habrían dado muerte a la víctima. Según presuponen, Cecilia estaba embarazada de César, lo que motivó a que planificaran su asesinato y finalmente lo ejecutaran el viernes 2 de junio.
Y no hay que pasar por alto las cartas que Marcela Acuña ha escrito en puño y letra. En una de las últimas que envió, ella misma reconoce que César asesinó a Strzyzowski aquel viernes, y que ella lo encubrió. Por supuesto que se podría tratar de una estrategia para que liberen a Emerenciano, su esposo.
