La empresa SAMEEP dio a conocer distintas medidas que tuvo que adoptar en función de los inconvenientes que viene acarreando la histórica bajante del río Paraná, sumado al aporte de los ríos Negro y Tragadero (que por sus características suman una gran salinidad), para procesar el agua potable que luego distribuye a toda la Provincia.
"Las características del agua cruda han variado, aumentando su salinidad y color producto de los aportes de las napas y materia orgánica hacia estos dos cauces del Negro y el Tragadero. Para mantener la calidad del agua entregada decidimos reducir el caudal de producción, aumentando las medidas para generar una correcta desinfección. De tal manera, se obtiene una mayor eficiencia en los procesos de potabilización", aseguró el presidente de la empresa SAMEEP, Claudio Westtein, en declaraciones a Radio Facundo Quiroga.
El funcionario reconoció también que "es probable que las personas adviertan un sabor salado en el agua, principalmente en aquellas áreas abastecidas desde los centros de distribución pequeños, pero esto no afecta a la calidad de la misma. Todos nuestros profesionales y técnicos están abocados a extremar las medidas de control desde todos los laboratorios de la empresa a fin de poder seguir exhaustivamente el cambio de estos parámetros y tomar las acciones correctivas necesarias. Incluso propusimos a las autoridades de la Administración Provincial del Agua (APA) para que se regule los diques del río Negro y así se lleve al mínimo los aportes de estas aguas en las bocas de toma de las plantas potabilizadoras. Esto afecta al Área Metropolitana del Gran Resistencia, así como al agua que se envía por el primer y segundo acueducto".
Westtein insistió finalmente con que es “imprescindible que toda la población extreme los cuidados para un uso racional y responsable del agua, hasta tanto se restablezcan las condiciones normales de los ríos”.
