Un hombre de 58 años, Cirilo Eduardo Bravo, iba a comenzar a a ser juzgado como autor del homicidio doblemente agravado, por el vínculo que lo unía con la víctima y por haber sido cometido por un hombre contra una mujer mediando violencia de género (femicidio) de Mariel Alejandra Zimmermann, cometido en 2022 en Humberto Primo (departamento Castellanos). Pero, el inicio del juicio se postergó.
El juicio oral y público debía comenzar este martes a las 8. En la agenda, las declaraciones testimoniales se suponía que se concretarían este martes luego de los alegatos de apertura, y seguirían durante toda la semana hasta el viernes. Los alegatos de clausura estaban programados para el lunes 5 de agosto. Y el miércoles 7 estaba previsto que se realice la audiencia en la que el tribunal debía a conocer la sentencia. Pero ahora, deberá reprogramarse todo.
¿Qué pasó? Cirilo Eduardo Bravo no estuvo presente y su Dra. Georgina Alassia pidió la suspensión dado que el Servicio Penitenciario Provincial no lo trasladara y que no podía comparecer vía Zoom. El fiscal Martín Castellano, de la Unidad Fiscal Especial Homicidios de la Fiscalía Regional 5 -quien solicitará la pena de prisión perpetua para el acusado-, representando al MPA en el debate, rechazó esta situación.
Ante esta situación, el tribunal pluripersonal integrado por los jueces Gustavo Bumaguin y Nicolás Stegmayer y por la jueza Cristina Fortunato (en su última participación antes de su jubilación) decidió no iniciar el juicio y ordenar el traslado de manera urgente del imputado.
Violencia
Castellano recordó que “el femicidio de Zimmermann fue cometido en los primeros minutos del miércoles 26 de octubre de 2022 en la vivienda que compartían ubicada en calle Güemes al 100 en Humberto Primero”.
“En el marco de una discusión con la víctima, el acusado agarró un cuchillo de la cocina, la atacó y le produjo un corte en el lado derecho del cuello”, precisó el fiscal. “El hombre que será juzgado actuó con la clara intención de provocar la muerte de su cónyuge, objetivo que efectivamente consiguió a raíz de la gravedad de la herida que le provocó”, sostuvo Castellano.
El funcionario del MPA remarco que “tal como indicamos a lo largo de todo el proceso, el femicidio se produjo en la cocina-comedor de la vivienda y en presencia de la hija menor de edad de ambos”.
Castellano aseguró que “el hecho ilícito no fue un acto aislado” y concluyó que “fue el corolario de distintos episodios de violencia de género previos que implicaron un sometimiento y maltrato por parte del acusado hacia la víctima, con un permanente menoscabo y desprecio a su dignidad como mujer”.