Sergio Darío Palacios, de 45 años, fue condenado por el Tribunal Oral de Santa Fe a 4 años de prisión y el pego de una multa de 45 unidades fijas tras haber sido encontrado culpable de “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización”. La curiosidad de su caso, se dio que había estado prófugo durante más de una década.
El 11 de noviembre de 2011, efectivos de la Brigada Operativa Departamental V incautaron 200, 41 grs. de cocaína y 2.183 grs. de marihuana en una casa de Villa Podio -José Beltramino 727-, donde vivía junto a su hermano Gustavo. Según la policía, la droga estaba dispuesta para la venta: había 26 envoltorios y 12 “tizas” con cocaína, 64 envoltorios con marihuana, pequeños trozos compactos de esa especie vegetal y una balanza digital. Gustavo, fue condenado un año más tarde por el TOF de Santa Fe. Pero de Sergio, nadie supo nada más.
Todo siguió así hasta que el 20 de abril del 2022. Ese día, fue detenido en un operativo policial, cuando manejaba una moto por Jaime Ferré y Ciudad de Esperanza. Cuando le pidieron los papeles para identificarlo, notaron que pesaba sobre él un pedido de captura y quedó detenido.
El juez federal de San Nicolás, Carlos Villafuerte Ruzo, (que subroga de forma rotativa la vacante del juzgado federal de Rafaela) lo llamó a declaración indagatoria y le preguntó donde estuvo todo este tiempo. Dijo que, luego de ese hecho, se volvió a Buenos Aires -de donde eran los hermanos Palacios- y consiguió un trabajo en una ferretería, para alejarse de ese mundo. Pasó el tiempo y volvió a nuestra ciudad, tras la condena de su hermano Gustavo. Sergio insistió en que no sabía que lo estaban buscando y por eso se paseaba por todo el país sin esconderse.
