Este sábado por la tarde, el sector noroeste de la ciudad se vio alarmado por un gran movimiento de móviles policiales y patrulleros. Es que un escape de amoníaco en calle Paraná al 900, donde se encuentra Rafaela Alimentos, generó preocupación, aunque no pasó a mayores.
El gas -que escapó tras la rotura de una válvula- trajo algunas consecuencias para parte del personal del frigorífico. Lo mismo sucedió con una niña, que debió ser trasladada al Hospital.
Se hicieron presentes de manera inmediata y mientras se evacuaba la zona, Bomberos Zapadores de la UR V en la persona del subjefe de la Agrupación subcomisario Esteban Santa Cruz, junto a los inspectores Bonetto y Novalanek. La secretaria de Gobierno y Participación de la Municipalidad de Rafaela, Amalia Galantti; el secretario de Prevención en Seguridad, Maximiliano Postovit; y el jefe de División de Protección Civil, Diego Álvarez; quienes encabezaron los operativos de apoyo para evitar poner en riesgo a los habitantes de la zona Asimismo, actuaron personal policial y municipal como Protección Vial y Comunitaria, Guardia Urbana Rafaelina (GUR), y Protección Civil del municipio.
Rápidamente, los comentarios de los vecinos giraron sobre lo mismo: la presencia de la empresa en el sector. Pero, la centenaria firma, que lindera a la casa histórica de Don Luis Fasoli (cuya calle desemboca en el ingreso del frigorífico), forma parte de otras que hicieron grande a la ciudad, pero que hoy se encuentran es espacios céntricos. Algunos se preguntan si no deberían alejarse a áreas industriales específicas, para evitar que esta clase de problemas afecten al resto de la población.
Algunos tomaron como ejemplo lo que sucedió con Sucesores de Alfredo Williner, que llevó su industria a Bella Italia, dejando la administración en Rafaela. Otros remarcaron que esta se convirtió en un polo de desarrollo y hoy la urbanización ya rodea a la firma láctea.
El plan de Rafaela Alimentos para irse
En abril de 2018, Rafaela Alimentos presentó un ambicioso proyecto: proponía aportar crear un fideicomiso público privado, a partir del cual aportaban un terreno de 24 hectáreas para un nuevo parque industrial, la provincia las obras de infraestructura (estimadas en dos millones de dólares) y la Municipalidad aportaba los proyectos técnicos. Una vez creado, se venderían los terrenos y la provincia tendría la prioridad en el recupero de la inversión. El resto de las ganancias, irían para el frigorífico.
El predio se encuentra lindante al Parque Industrial y la PAER. Allí querían hacer una nueva fábrica de chacinados, proyecto que finalmente se descartó. Pero pretenden trasladar la firma a un lote de 40 hectáreas, junto a la Cooperativa Guillermo Lehmann, pegado a la Variante de la Ruta 34.
Parte de esas ganancias del plan público-privado servirían para invertir en la nueva fábrica, en un programa de inversiones por U$S 50 millones por 10 años. Al mismo tiempo, traía una solución a la ciudad, dado que hoy no hay más espacio para que las industrias se instalen en la ciudad.
¿Qué pasó con el proyecto? Llegaron los tiempos electorales y quedó frenado. “Por ahora, tenemos sólo la factibilidad municipal, hay que sondear el mercado para ver qué tipo de superficies se van a necesitar, pero todavía no tenemos esta respuesta. La idea era que la provincia hiciera una convocatoria para que las empresas vayan demandando los terrenos, pero eso quedó en stand by. En los papeles, está todo para avanzar, pero desconozco la predisposición de la provincia”, señaló Juan Lagrutta a ON 24 en diciembre de ese mismo año.
"Los estudios que debía hacer la Municipalidad, incluso el medioambiental, están hechos. El proyecto se va a retomar", aseguraron a Vía Rafaela desde el DEM.
Así las cosas, las inversiones hoy están frenadas, las posibilidades de nuevos terrenos para la industria, pese a ser una necesidad, requieren de una planificación que excede a los plazos de los vaivenes del país. Algo imprescindible para cambiar, si es que se quiere pensar en una Argentina con valor agregado.