Tal como estaba previsto, este miércoles por la mañana, los dueños de los gimnasios de la ciudad realizaron un bocinazo en reclamo de la reapertura de sus locales. A esta manifestación se le sumaron gastronómicos y algunos dueños de jardines maternales, con el mismo objetivo: reabrir sus puertas, que se cerraron, en algunos casos, antes de la declaración del aislamiento social, preventivo y obligatorio, hace más de dos meses.
En los gimnasios, son 60 familias perjudicadas. Y a ellos hay que sumarles las de una treintena de empresarios gastronómicos, que el martes por la tarde se reunieron en Casa D'Esteban. Ellos reclaman la apertura al público de 19 a 23 y que puedan atender por delivery o "take away" por la mañana. No descartaron encabezar una movilización por su cuenta, la semana que viene.
Los kinesiólogos están habilitados para trabajar. Pero sus sesiones de pilates se vieron limitados a una sola persona por turno. También se vieron afectados trabajos laterales, como aquellos que limpiaban estos lugares.
Uno de los puntos que más resaltaron es cómo esto se afecta a la salud mental de aquellos que no han podido realizar su actividad física. Además, la no actividad termina complicando a los músculos.
Todos estos negocios han entregado protocolos al Municipio, quienes ya lo han elevado al Comité de Crisis y a la Provincia. Por estas horas, los senadores (que presiden los Comité de Crisis) se reunían con funcionarios del gabinete provincial para determinar cómo y cuáles actividades habilitar. Quizás, en las próximas horas, haya novedades.