Rafaela amaneció prácticamente paralizada. Si bien se podía llegar a ver a algunas personas trasladándose, claramente era muy poca en comparación, incluso, de la cuarentena voluntaria.
Estaciones de servicio y supermercados estaban abiertos. También panaderías, verdulerías y ferreterías. Pero la enorme cantidad de comercios en el centro rafaelino estaban cerrados.
A diferencia de lo que alguno podría llegar a esperar, se veía gente movilizándose. Es difícil determinar si lo hacían para realizar compras o asistir a alguna persona. Igualmente, se podían ver patrulleros de la policía recorriendo las calles de la ciudad. Igualmente, el movimiento era como el de un 25 de diciembre o un 1° de enero.
La terminal de ómnibus está absolutamente vacía: no hay gente esperando, ni tampoco colectivos tratando de salir. "No está saliendo ningún colectivo. Estamos esperando colectivos de turismo que pueden llegar de distintos lugares. Algunos de Brasil o Mar del Plata. También hay buses que salieron antes del comienzo del aislamiento. Hacen una parada de 10 o 15 minutos en la ciudad y siguen viaje. Pero, hasta el miércoles está todo en cero", comentó Hernán Gunzinger, gerente de la concesionaria de la Nueva Terminal de Ómnibus.
¿Qué pasa con las grandes empresas? El frigorífico Rafaela Alimentos, que emplea a unas 450 personas, sigue funcionando con normalidad, porque pertenece a la industria de la alimentación. Pero, por ejemplo, las dos valvuleras de la ciudad, tanto Basso SA como Mahle decidieron suspender la producción hasta el 31 de este mes.
"Será esencial mantener los puestos de trabajo. Puedo entender que haya medidas que vengan con posterioridad. Hay cosas que estén acordes a esta situación", dijo a FM Galena, el titular del Centro Comercial e Industrial de Rafaela y la Región (CCIRR), Andrés Ferrero.