Este viernes por la tarde una multitudinaria demostración de fe se vivió en la fiesta del Señor y Virgen del Milagro, que se llevó a cabo en Punta Alta. La advocación religiosa más significativa y convocante de Salta comenzó en nuestra ciudad hace muchos años.
Durante la misa celebrada por el párroco César Cardozo y el capellán Luis Toya, se logró observar la emoción de los fieles. La Armada hizo la guardia de honor y acompañó también la procesión.
Historia del Señor y la Virgen del Milagro
Se remonta a los tiempos del primer obispo que gobernó la diócesis de Tucumán, Fray Francisco de Victoria. Él fue quien bendijo nuestra ciudad desde su nacimiento cuando fuera fundada por Don Hernando de Lerma en 1582.
Fray Francisco de Victoria regresó a España en 1590 y amaba tanto esta ciudad que nos envió de regalo una imagen para la Iglesia Matriz de Salta. El barco que la trasladaba sufrió un naufragio y la imagen llegó flotando al puerto del Callao en Perú, en el Océano Pacífico. La imagen estaba ubicada en un cajón, donde estaba escrito su destino:» Un Cristo Crucificado para la Iglesia Matríz de Salta, rezaba la leyenda.
Desde el Perú que era la puerta de entrada a las colonias de Sudamérica, Los peruanos transportaron las imágenes desde el Puerto del Callao a Salta recorriendo 2800 km a lomo de mula por el camino del Inca. El cristo llegó a Salta en 1592. El milagro salteño comenzó con un regalo.
Luego de 100 años el 10 de setiembre de 1692 la tierra comenzó a temblar y arrasó con la ciudad de Esteco, cerca del río Piedras en Tucumán. Los días subsiguientes fueron iguales, con una seguidilla de temblores en la zona. Muchas personas acudieron a la Iglesia Matriz. El pueblo salteño rogó a la Virgen que intercediera ante Su Divino Hijo, para que tuviera misericordia de la ciudad y de sus habitantes. El 15 de septiembre, la tierra continuaba moviéndose y un sacerdote jesuita, el R. P. José Carrión, comenzó a pedir que “se sacase en procesión pública al Señor Crucificado que se tenía olvidado, para que cesaran los temblores”.
Pasaron los años y el 18 de octubre de 1844 Salta vivió otro fuerte temblor. Nuevamente los salteños acudieron a la Virgen y al Señor del Milagro y se sacaron las imágenes en procesión. Ese año los salteños realizaron un pacto de fidelidad y de alianza con el Cristo del Milagro, con la lacónica fórmula: “Tu noster es et nos tui”, Tú eres nuestro y nosotros somos tuyos.
En la Iglesia Matriz de Salta se encontraba una imagen de la Inmaculada, que posteriormente se llamaría «Virgen del Milagro», propiedad de una familia asentada en estos solares, que la había dejado por unos días.
El 23 de agosto de 1948 volvió a repetirse la historia. Salta fue sacudida nuevamente por temblores. Los salteños reaccionaron inmediatamente y sacaron en procesión a las Milagrosas Imágenes.
En 1902, por iniciativa y pedido del Obispo de la Diócesis de Salta Monseñor Matías Linares, el Papa León XIII concede la coronación pontificia de las imágenes del Milagro. El 13 de septiembre en presencia de altas autoridades de la Iglesia venidas desde Roma, autoridades de la nación y obispos argentinos se corona al Señor y la Virgen del Milagro.
La corona de oro de la Virgen del Milagro y Diadema del Señor fueron obsequiados por fieles salteños en septiembre de 1902. (Fuente: Salta Web)