La enfermedad la padecen en el mundo miles de personas y otras tienen el riesgo de desarrollarlo. Vía Punta Alta entrevistó al locutor local Javier Nuñez, que relata su experiencia para ayudar a otros a tomar las precauciones necesarias y manifestando que se puede transitar una vida normal con ayuda.
Javier tiene 45 años, está casado con Adriana y sus hijos se llaman Jeremías; Juan Cruz; Gaspar; Josefina; María Paz y Victoria.
Nuñez manifestó, "tengo diabetes, la enfermedad la descubrí en mi, aproximadamente hace veinte años. Al ser una "enfermedad silenciosa" los primeros signos que recuerdo fue sentir mucha sed y la necesidad de orinar a menudo o estar cansado, pero esos síntomas los confundía con el hecho de que hacía calor por ejemplo y al tomar mucho líquido necesitaba ir al baño más veces que lo normal o creer que la fatiga se debía a la actividad diaria"
Continuó, "a través de una campaña como se realizan por medio de instituciones, me dijeron que la prueba me había dado valores altos de glucemia, pero seguía sin tomar conciencia. Por una cuestión laboral me tuve que hacer análisis completos y el doctor Gígola al entregarme los resultados me confirmó mi condición de diabético"
" Desde ese momento lo único que cambió en mi vida fue la "etiqueta" porque mis conductas y cuidados no. No había dolor; no había síntomas manifiestos entonces no hay nada para preocuparse", pensaba.
Además, "paralelamente y como suele suceder, la diabetes igual avanzaba. No duele pero ya estaba provocando daños, en mi caso sufrí tres amputaciones, primero tres dedos del pie derecho; luego todo el pie y la última vez desde abajo de la rodilla izquierda".
"Desde la primera operación siempre viví como una sacudida que me ponía en realidad de lo que me estaba pasando, me asustaba y empezaba a hacer las cosas lo más correcto posible; controlándome frecuentemente; cumpliendo con la medicación y visitando al médico periódicamente para estar sobre mi estado de salud con más atención", agregó.
"Hoy estoy recuperándome bien y de una forma que sorprende incluso hasta a los médicos. Al ser reincidente, aunque suene increíble, oculté todo lo que me venía sucediendo hasta no dar más. Me lastimé el pie y sabiendo mi condición y sus posibles consecuencias igual me dejé estar, muchos me aconsejaron que me cuide. Ya lo dice un dicho "El hombre es el único que tropieza con la misma piedra dos veces", yo ya lo hice tres veces, ojalá Dios me ayude a no hacerlo una cuarta. Tengo que concientizarme de una vez por todas que depende de mi".
"No soy bueno dando consejos pero a quien le interese y esté en una situación similar le diría que se controle, que se mantenga fuerte y se aferre a a su Fe; a la familia; a los amigos y a la vida, son los principales elementos que nos ayudarán a salir adelante" y siguió.
"La diabetes es muy inestable y entre los enfermos no la padecemos igual. En mi caso principalmente las piernas, pero a otros la vista; o los riñones o el corazón y así los casos. Lamentablemente los casos crecen en el mundo y me da la impresión que es como un sorteo donde todos tenemos un número, a cualquiera le puede tocar", finalizó.