Las boletas de los servicios comienzan a llegar mes a mes a los hogares rosaleños y los vecinos comienzan a expresar preocupación.
Sabrina le manifestó a Vía, "la cooperativa eléctrica que tiene que ser del pueblo, lo está hundiendo. Es un desastre, no tengo ni microondas. Casi no uso la plancha, tengo una heladera y un caloventor de poco consumo".
Continuó, "así no se puede salir adelante, somos una familia de pocos integrantes".