En una operación sorpresa, las fuerzas policiales irrumpieron en el barrio A4 de Posadas tras el macabro descubrimiento de un hombre desmembrado en un inquilinato. El hermetismo inicial se debió a la naturaleza impactante del crimen, donde partes del cuerpo fueron encontradas en la heladera del departamento de la víctima, identificada como el comerciante Marcos Martínez.
Martínez, conocido en círculos locales como un dedicado comerciante y prestamista, fue encontrado en condiciones económicas precarias en la escena del crimen. Los investigadores revelaron que su vivienda carecía de comodidades básicas, evidenciando su difícil situación financiera.
La pesquisa revela una conexión cercana entre la víctima y el principal sospechoso, Sergio “Bin Laden” Ortiz, un exoficial convertido en violento delincuente con dos décadas de actividad criminal en las provincias de Misiones y Corrientes. Se especula que Ortiz, con antecedentes penales y conocimiento del ámbito policial, podría haber estado involucrado en la gestión y cobro de préstamos, utilizando métodos coercitivos.
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La complejidad de atrapar a Ortiz radicó en su capacidad de manejarse entre las sombras y sus numerosos contactos, así como en el lapso de dos semanas desde el presunto momento del homicidio. Ante la dificultad de su captura, las autoridades decidieron revelar la identidad de “Bin Laden” a la comunidad, buscando colaboración para reconstruir sus movimientos y esclarecer el crimen.
