El Tribunal Penal 1 de Posadas condenó al exdiputado provincial Germán Kiczka y a su hermano Sebastián a 14 y 12 años de prisión efectiva, respectivamente, por delitos vinculados a la tenencia, facilitación y distribución de Material de Abuso Sexual Infantil (MASI). La decisión judicial fue adoptada por mayoría y representa un hecho inédito en la historia judicial de Misiones, tanto por la gravedad de los hechos como por el perfil público de uno de los imputados.
La sentencia fue leída cerca de las 22 horas del miércoles tras una audiencia maratónica de más de trece horas, que cerró un juicio oral de tres semanas en el Palacio de Justicia de Posadas. A pesar de las disidencias internas en el tribunal, se impusieron penas cercanas a las solicitadas por la Fiscalía, que había pedido 15 años de prisión para Germán Kiczka y 12 para Sebastián.
En disidencia parcial, la jueza Viviana Cukla propuso penas sensiblemente menores: 8 años para Germán y 6 para Sebastián. Sin embargo, la mayoría compuesta por los jueces Gustavo Bernie y César Yaya inclinó la balanza hacia sanciones más severas.
Ambos condenados permanecen detenidos desde agosto de 2024, tras una investigación iniciada por una alerta internacional sobre el intercambio de material de explotación sexual infantil en más de 15 países. El reporte fue recibido por la Unidad Fiscal Especializada en Delitos Informáticos de la Ciudad de Buenos Aires, que derivó en allanamientos simultáneos, incluyendo los domicilios de los Kiczka en Misiones.
Investigación paralela por falso testimonio
Durante el juicio, el fiscal Vladimir Glinka solicitó además la apertura de una causa por falso testimonio contra Pedro Puerta, diputado provincial y referente político del condenado Germán Kiczka, y contra Leonardo Kiczka, padre de los hermanos. Ambos habrían brindado declaraciones dudosas bajo juramento. En el caso de Puerta, la Fiscalía sospecha que su testimonio por escrito fue redactado por un abogado, mientras que el padre de los Kiczka habría mentido al identificar a una niña en una fotografía clave del expediente.
El tribunal aceptó la solicitud del fiscal y remitió las actuaciones a la Fiscalía de Instrucción en turno para que se investigue la posible comisión del delito.
Las estrategias de defensa
Durante el juicio, los abogados defensores de Sebastián Kiczka pidieron que su cliente sea internado en una unidad de salud mental del Servicio Penitenciario Provincial, aludiendo a una supuesta “compulsión” que requeriría tratamiento psicológico. También cuestionaron la imputación de abuso sexual simple incluida en la acusación.
Por su parte, la defensa de Germán Kiczka centró sus argumentos en cuestionamientos al proceso judicial: apuntó contra la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (SAIC) por presuntas irregularidades en el manejo de la evidencia y la cadena de custodia, y criticó la falta de formación profesional del personal técnico que analizó los archivos secuestrados.
“Tengo un problema grave”: el alegato final de Sebastián Kiczka
Antes del cierre del juicio, Sebastián Kiczka pidió declarar nuevamente. En su intervención, expresó su malestar con los informes psicológicos presentados en el juicio y describió su situación personal como “desesperante”. Afirmó tener problemas de adicción y salud mental, y dijo sentirse estigmatizado. “Tengo un problema grave que me lo tengo que sacar, alguien me lo tiene que sacar, no sé cómo”, expresó entre lamentos.

Lo que viene
Los fundamentos de la sentencia serán dados a conocer el 5 de mayo. Mientras tanto, los hermanos Kiczka permanecerán alojados en la Unidad Penal N.º 1 del Servicio Penitenciario de Misiones. Una vez firme la sentencia, ambos deberán cumplir la totalidad de la condena impuesta. La causa se convierte así en un antecedente de peso para futuras investigaciones sobre delitos de abuso sexual infantil en el ámbito digital.