Conforme la mecanización de la cosecha se generaliza cada vez más en los yerbales de Misiones, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) analiza cómo se debería adecuar la estructura de las plantaciones y las prácticas culturales en búsqueda de la eficiencia. Afirman que en ninguno de los modelos que se están desarrollando prescinden de la mano de obra del tarefero, pero advierten que el cosechero debe reconvertirse de un podador especializado.
El ingeniero agrónomo Mario Kryvenki, uno de los especialistas en yerba mate de la estación experimental INTA-Cerro Azul, indicó que las investigaciones del instituto asociadas a la mecanización de cosecha están orientadas a analizar aspectos estructurales de las plantaciones –en lo referente a densidad y ancho de los líneos por ejemplo- con el objetivo definir qué estructura se adapta mejor a la tecnología existente de mecanización de cosecha.
Destacó que la experiencia obtenida hasta ahora en empresas que incorporaron algún grado de mecanización a su cosecha demuestra que la utilización de máquinas no implica abandonar la mano de obra, ya que para que las cosechadoras puedan operar sin afectar el desarrollo de las plantas, es necesaria la intervención de un podador especializado, antes y después de la cosecha.
"El cosechero debe reconvertirse de un podador especializado"
Puntualizó que además de la preparación previa a la cosecha, que incluye la formación de una "mesa de corte" para que pueda trabajar la máquina, también hay que hacer una poda posterior a la cosecha para evitar problemas que surgen en la brotación por el tipo de corte que hacen las cosechadoras.
Teniendo en cuenta esta necesidad de mano de obra en las plantaciones, el investigador afirmó que la mecanización de la cosecha no necesariamente pasará a retiro a los tareferos, pero sí obliga a redefinir la función del trabajador rural en la actividad yerbatera, que pasaría de ser un cosechero a ser un podador calificado, "una persona que tiene que tener criterio para intervenir en la planta, no sería ya un quebrador", dijo.
El cambio obliga también a repensar la forma de retribuir a este trabajador, que ya no cobraría por kilo cosechado.
La mecanización de la cosecha obliga también a modificar la estructura de los yerbales para que las máquinas puedan operar con eficiencia. El especialista explicó que las empresas que ya tienen algún grado de mecanización en su cosecha, aplican una poda de rebaje a efectos de darle a las plantas la forma adecuada para que puedan operar las cosechadoras.
"La otra opción es establecer yerbales nuevos perfilados para la cosecha mecánica, debemos nuevamente implementar estudios de densidades de plantación y disposición de las plantas en el lote, podemos estar pensando en lineos simples con una densidad alta o dobles lineos de plantación con distinta disposición para ir viendo qué esquema ajusta mejor para la formación de la mesa de corte o el sistema que se use en la cosecha mecánica", explicó.