El día después del discurso de Cristina Kirchner en La Plata empezó a construirse dentro del oficialismo, cierto consenso que mezcla resignación y pragmatismo: con Alberto Fernández y la vicepresidenta fuera de la carrera presidencial, aparece Sergio Massa como la figura detrás de la cual podría encolumnarse el Frente de Todos para afrontar un proceso electoral de difícil pronóstico en su resultado final. “Sergio, más un K”, sintetizó a este diario un funcionario nacional, que no reviste en el kirchnerismo ni en el Frente Renovador.
La platea del Teatro Argentino de La Plata, desde la que se cantó “Cristina, Presidenta” (“no, no, no se hagan los rulos”, fue la respuesta), reunió a ministros nacionales leales al presidente como Victoria Tolosa Paz o Gabriel Katopodis; a outsiders oficialistas (Juan Grabois), a los referentes de La Cámpora Máximo Kirchner y Wado de Pedro, a intendentes bonaerenses y a dirigentes massistas (la diputada Cecilia Moreau). Cristina Kirchner, sin embargo, no mencionó la palabra “unidad”, término muy gastado en estas instancias preelectorales. Antepuso la necesidad de “armar un programa de gobierno” y pidió bajar las agresiones internas. “El bastón de mariscal no era para dárselo por la cabeza a otro compañero o a otra compañera”, dijo. Evitó apuntes chicaneros al presidente.
Al día siguiente, Alberto Fernández y Massa coincidieron en un acto oficial. Ambos aludieron a los desafíos futuros que planteó Cristina Kirchner, como la defensa de los recursos naturales estratégicos. Por las razones que fueren, los dos le reconocieron a la vicepresidenta la centralidad política en el FdT.
La crisis y sus correspondientes urgencias dejaron a Sergio Massa una situación tan compleja como oportuna para entusiasmarse con la próxima contienda presidencial. El ministro se mueve en una delgada línea entre costos extremos y beneficios: es el responsable de la gestión del sensible escenario económico, pero también el único que podría capitalizar hasta la más mínima victoria en la lucha para tratar de sobrellevar el drama del dólar y de la inflación.
Cristina Kirchner valoró el rol de Massa en la corrida cambiaria y su decisión de intervenir (con la mesa de dinero del Banco Central) en el mercado cambiario pese a la prohibición que fija el acuerdo con el FMI. Calificó de “inflacionario” al acuerdo, propuso revisarlo, aunque aclaró que no hablaba de “no pagar”.
La vicepresidenta convalidó las gestiones de Massa para renegociar con el FMI una contemplación por el impacto de la sequía. La evntual candidatura de Massa no es del todo digerida en el universo kirchnerista, pese a las señales amistosas Cristina Kirchner y Máximo Kirchner al ministro de Economía.
Conocedor del juego, Massa empezó a mostrarse más activo en el plano político. “Cuando uno ve la foto de Sergio con el embajador chino al anunciar el intercambio comercial con yuanes; después a Sergio con la CGT, empresarios o con los intendentes bonaerenses, uno no ve allí a alguien que se quiera ir a su casa”, dijo alguien del gabinete de ministros. Recuerdan que a las 48 horas de las elecciones en Neuquén y Río Negro, hace dos semanas, los ganadores y opositores Figueroa y Weretilneck viajaron a la Capital Federal para ver a Massa.
Claro que la coyuntura económica aún opaca cualquier foto. Aun así, el ministro gana visibilidad sobre los ya declarados aspirantes presidenciales del Frente de Todos, Daniel Scioli y Agustín Rossi, que no logran despegar.
De Pedro suele ser medido en las encuestas como “presidenciable kirchnerista”. El ministro del Interior ha sabido tejer buenas relaciones con los gobernadores en experiencias transversales como la que recorre el Norte Grande. Visitó La Rioja, donde Ricardo Quintela irá por la reelección el 7 de mayo.
En algunas especulaciones, De Pedro aparece acompañando a Massa. “Fórmula de consenso”, le llaman. Admiten lo poco federal del binomio. ¿Un gobernador cercano a Cristina Kirchner como complemento, entonces? ¿Jorge Capitanich? Al igual que Cristina Kirchner, el gobernador de Chaco dice que prioritario discutir “un programa”.
Para alentar a los propios, en la Plata, Cristina Kirchner asoció a Juntos con el gobierno de la Alianza y a Milei con Domingo Cavallo. Dijo que la oposición atrasa y solo propone el pasado.
“Cuando se ve que un saudí le da la mano a un iraní, con China en el medio… algo está pasando que no estamos viendo. Es el mundo nuevo”, describió la vicepresidenta.
Por sobre las candidaturas, en esta previa electoral Cristina Kirchner arengó al oficialismo a discutir “cómo vamos a manejar” recursos naturales como el litio o el gas y el petróleo. Horas después, Massa publicaba un tuit que invitaba a la épica, condimento indispensable para un candidato: “Este es el último viaje en camión de los tubos para el Gasoducto Néstor Kirchner. El 15 de mayo será la última soldada y a partir de ahí, las pruebas. Estamos terminando el primer tramo de una obra que va a cambiar un pedazo de la historia de la economía argentina. Gracias por confiar”, celebró en Twitter. Un anticipo, también, del rol de candidato que le espera gasoducto NK.