El Gobierno de Javier Milei sostiene este miércoles otra pulseada con el movimiento sindical. Los poderosos gremios del transporte liderados por el sindicato de camioneros llevan adelante un paro nacional, que contará con el apoyo de las dos CTA, gremios docentes bonaerenses y universitarios, además de los estatales de ATE y otros sindicatos como Smata y la UOM.
“Paramos por el tarifazo, impuestazo y la devaluación que hicieron en diciembre cuando asumieron en el Gobierno”, definió el secretario general de La Fraternidad (conductores de trenes), Omar Maturano. El dirigente ferroviario vaticinó “un paro contundente aún funcionando los colectivos”.
La medida impactará ciertamente en el movimiento de cientos de miles de usuarios de los trenes del Gran Buenos Aires. La dirigencia sindical apuesta a convertir en “estaciones fantasmas” las habitualmente concurridas Once, Retiro o Constitución.
Aeropuertos de todo el país, las actividades productivas portuarias, la logística que depende de los camioneros, dicen los dirigentes sindicales, reflejarán el impacto del paro transportista. Donde influye camioneros, tampoco habrá recolección de residuos.
El jueves, los colectivos
La UTA, que reúne a la mayoría de los choferes de colectivos del AMBA, optó por diferenciarse del resto de los transportistas y realizará un paro el jueves. Con la mayoría de las líneas de colectivo funcionando en el AMBA, el Gobierno nacional espera atemperar algo el impacto del paro. Los choferes y trabajadores de Aoita, en cambio, decidieron sumarse al paro transportista de este miércoles.
Igual que la UTA, tampoco se plegó a la medida fuerza la Unión Ferroviaria que conduce Sergio Sasia. La huelga transportista dejó al descubierto las fisuras en la CGT. Del triunvirato de Secretarios Generales solo Pablo Moyano impulsó la protesta. Héctor Daer y Carlos Acuña, junto al grueso del Consejo Directivo, se mantuvieron al margen.
El mensaje de Casa Rosada
En Casa Rosada, tal como ocurrió con los dos paros nacionales que declaró la CGT (el 9 de mayo fue el último), ven intencionalidades “políticas” y de “casta” detrás del paro transportista.
“Paran los privilegiados, los que pueden darse el lujo de parar porque los argentinos de bien, de trabajo, que queremos vivir en un país mejor no tenemos esa posibilidad y además no queremos parar”, dijo el vocero presidencial Manuel Adorni.
El Gobierno señaló a los dirigentes y gremios que encabezan la medida. “Los pilotos de Pablo Biró, que es obvio que se resiste a perder sus privilegios, los pasajes gratuitos en clase Ejecutiva para ellos y sus familias”, dijo Adorni. Aludió a los camioneros de “Pablo Moyano, otro defensor de privilegios”.
Hubo una referencia al “gremio de AFIP que pretenden seguir con el privilegio de cargos hereditarios”, los estatales nucleados en ATE “que se resisten a exámenes de idoneidad”, y a la Unión Ferroviaria que “defiende servicios que ofrecen una calidad peor que la de hace medios siglo”. Englobó a todos en la definción de “casta”. El vocero dijo que Casa Rosada hizo “todo lo que se pudo en términos de diálogo” para evitar el paro.
La protesta de los estatales
El paro ya se empezó a sentir este martes, con distintas acciones de protesta. En algunas estaciones del subte porteño, los empleados levantaron los molinetes para que pasen gratis los pasajeros. Los estatales de ATE, que iniciaron al mediodía una huelga por 36 horas en reclamo por la apertura de paritarias y contra los despidos, se movilizaron y tuvieron cruce con fuerzas de seguridad que buscaron imponer (a medias) el protocolo antipiquetes.
Los estatales vienen acusando los efectos del ajuste del Gobierno. La semana pasada se anunció el cierre de la AFIP con el consecuente despido de 3100 trabajadores. Por la mañana hubo protestas de los empleados de la Casa de la Moneda.
Aviones, trenes, camiones, barcos, subtes, taxis y transporte de carga, reunidos en la Mesa Nacional del Transporte, componen la avanzada del paro nacional. A ellos se plegaron los estatales de ATE y sindicatos docentes bonaerenses. Los docentes de Ctera, que reclaman la sustitución del fondo de incentivo (FONID), paran en simultáneo y coordinados con los transportistas.
Las CTA y la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP) también apoyan el paro.
A la par, más de treinta sindicatos de la CGT, entre ellos los emblemáticos UOM, Smata y La Bancaria, expresaron su apoyo (sin parar las actividades) a los transportistas, tomando distancia con la postura prescindente de Daer, Acuña y los “Gordos” de la central obrera. “Nos encontramos enfrentando una amenaza real: el modelo económico que propone Javier Milei busca desmantelar el rol del Estado y priorizar un libre mercado descontrolado”, expresaron los sindicatos liderados por Smata, cuyo secretario adjunto (y diputado nacional) Mario Manrique acaba de renunciar a la mesa de la CGT.
La Mesa Nacional del Transporte, las CTA, ATE, docentes y los sindicatos rebeldes de la CGT pugnan para que la central obrera convoque en noviembre a otro paro nacional, que confluya con la votación del Presupuesto 2025 en el Congreso y con la Tercera Marcha Federal de la comunidad universitaria.