El Gobierno de Javier Milei firmó este lunes la declaración final de presidentes de la cumbre del G20, que lleva su curso en la ciudad de Río de Janeiro, pero aclaró que no acompaña los puntos vinculados a la Agenda 2030, rechazó gravar a las grandes fortunas y pidió reconocer que el sistema de cooperación internacional está “en crisis”.
No estaba claro qué iba a hacer Milei y la delegación argentina, por lo que la firma de la declaración final despejó las dudas que existían sobre si el presidente iba a “patear el tablero” internacional (algo que no sucedió).
El punto que más destacó fue que el Gobierno se “disoció parcialmente de todo el contenido vinculado a la Agenda 2030″ pero “sin obstaculizar la declaración de los demás líderes”.
Entre los puntos que Milei no apoyó, se mencionó “la promoción de la limitación de la libertad de expresión en las redes sociales”, “el esquema de imposición y vulneración de la soberanía de las instituciones de gobernanza global”, el “trato desigual ante la ley” y la “noción de que la intervención estatal es la forma de luchar contra el hambre”.
“Si queremos luchar contra el hambre y erradicar la pobreza, la solución está en correr al Estado del medio”, señaló el mandatario.
Milei recomendó “desregular la actividad económica” para facilitar el mercado y liberar el comercio, y que el intercambio de bienes y servicios “sea lo que traiga prosperidad”, porque considera que el “capitalismo libre de mercado” es lo que ya sacó al 90 % de la población de la pobreza extrema y duplicó la expectativa de vida.
Milei reconoció que los organismos y foros internacionales como el G20 se crearon con el espíritu de salvaguardar los derechos básicos de las personas. “Hoy, a casi 70 años de haberse inaugurado este sistema de cooperación internacional, llegó la hora de reconocer que este modelo está en crisis, porque desde hace tiempo que está en falta con su propósito original”, afirmó.
Qué dijo Milei
En su discurso, Milei criticó el sistema actual de gobernanza global, al que considera en crisis y alejado de sus principios fundacionales. Según expresó, los organismos internacionales nacieron para promover cooperación voluntaria entre naciones soberanas, pero hoy operan bajo un esquema de imposiciones que vulnera derechos fundamentales como la vida, la libertad y la propiedad privada.
“Hoy, lo que rige en la comunidad internacional es un esquema de imposición. No uno de cooperación simétrica y autónoma”, afirmó Milei en su discurso ante otros presidentes.
Señaló además que muchas políticas internacionales imponen barreras económicas, culturales y de libre expresión, limitan la explotación de recursos naturales y condicionan el acceso a crédito. Además, acusó a la comunidad internacional de coartar el debate y silenciar a quienes tienen opiniones disidentes.
Por eso, declaró que Argentina no apoyará iniciativas que restrinjan derechos individuales ni privilegios basados en raza, género o clase. Propuso una visión de cooperación internacional basada en la soberanía de las naciones y la defensa de las libertades individuales.
También rechazó intervenciones estatales excesivas y destacó la importancia de liberar las fuerzas productivas e innovadoras.
“En las próximas décadas veremos otra carrera. Una carrera fiscal y desregulatoria, donde prosperarán los países que salvaguarden la libertad de los individuos”, subrayó, al mismo tiempo que comprometió a su gobierno a liderar esta “carrera de la libertad” y llamó a la comunidad internacional a retomar los valores originales de cooperación voluntaria entre naciones soberanas.
Contra el impuesto
Como se mencionó, Milei rechazó firmemente cualquier política que implique gravar las grandes fortunas, argumentando que estas medidas transgreden derechos básicos como la propiedad privada.
“Si se trata de transgredir el derecho a propiedad de los individuos a través de impuestos y regulaciones, no cuenten con nosotros”, expresó.
Según el argentino, este tipo de imposiciones contradice el principio de cooperación voluntaria entre naciones soberanas y perjudica tanto a los ciudadanos como a las economías nacionales al limitar la libertad individual y las fuerzas productivas.
Para Milei, los impuestos que afectan las grandes fortunas son un ejemplo de cómo la gobernanza global se ha convertido en un esquema coercitivo en lugar de uno de colaboración. Y recalcó que estas políticas desincentivan la innovación y castigan a quienes generan riqueza, poniendo trabas al desarrollo económico.
Su postura se centra en defender un modelo donde las naciones y los individuos sean libres de decidir sobre sus recursos y contribuciones, promoviendo un entorno fiscal competitivo y desregulado como clave para la prosperidad.
Contra el hambre
Más temprano, Argentina, junto a más de 80 países y una veintena de organizaciones internacionales había firmado la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza promovida por Brasil con motivo de su presidencia en el G20.
La decisión de Milei sorprendió ya que, en un primer momento, se había desmarcado de este proyecto, llamado a relanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Es conocida la postura del libertario contra políticas relacionadas con la Agenda 2030, con la idea de la creación de un impuesto a los “súper ricos”, con el problema del cambio climático y la igualdad de género.
Por lo pronto, en un primer momento, la lista preliminar de países firmantes de la Alianza contra el Hembre incluía la totalidad de los países que integran el G20 con la única excepción de Argentina, que según el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva aún estaba estudiando su potencial incorporación.
Finalmente, el Gobierno brasileño publicó un texto en el que sí se incluye a Argentina.
“La República Argentina se compromete a luchar contra el hambre y la pobreza mediante reformas de mercado que, además de su probada eficacia para alcanzar el doble objetivo de esta Alianza, respeten la igualdad de derechos de todos los individuos. La República Argentina se suma a esta Alianza Global recordando, de conformidad con su Documento Inicial, que no implica la aprobación colectiva de instrumentos o programas de políticas específicos”, sostiene el documento oficial al que accedió el diario La Nación, presente en la cumbre.
Y agrega: “Las políticas socialistas violan los derechos de los individuos y, al asfixiar las economías de los Estados nacionales que las implementan, siguen provocando un subdesarrollo insostenible que impide cualquier lucha viable contra el hambre y la pobreza”.
Encuentro frío
La reunión de líderes del G20 había arrancado en Río de Janeiro con el primer encuentro cara a cara de Lula con Milei, tras el encendido cruce de críticas.
Ambos se dieron un frío saludo en el inicio de la jornada, en la que el mandatario brasileño ha recibido uno a uno a todos los invitados.