El misterio en torno del rol que adoptará Cristina Kirchner en la próxima contienda electoral desconcierta a propios y extraños. Las tensiones en el Frente de Todos (FDT) están a la vista, más allá de los recientes gestos de buena voluntad para tratar de definir una apuesta proselitista competitiva, y la interna en Juntos por el Cambio (JxC) está sujeta, en gran medida, a la expresidenta que por ahora se autopercibe como una dirigente proscrita.
La vicepresidenta mantiene un rol central en la escena electoral. En el caso de la coalición oficialista, ese protagonismo perdura ante la incapacidad para encarar una renovación, a pesar de las aspiraciones que comienzan a salir a flote. Claro que esa tarea se volvió aun más compleja por los desaciertos del gobierno nacional en materia económica, donde la inflación se muestra como un monstruo imparable y (como definió la propia Cristina) se instaló el fenómeno de los trabajadores pobres.
Más allá de los argumentos que tanto esgrimen en la Casa Rosada para justificar el duro pasar, lo cierto es que Alberto Fernández cometió el pecado político de reivindicar a Mauricio Macri y todo aquello que constituya la antítesis del kirchnerismo, y quedó atrapado en otro fenómeno de escala global vinculado al resurgimiento de la derecha y de la antipolítica, que en la Argentina personaliza el libertario Javier Milei.
En la alianza opositora son conscientes de los nuevos ánimos y los aprovecharon para recuperar la representatividad. Pero la paridad que supone el juego de la grieta demanda un esfuerzo mayor. Es allí donde aparecen las contradicciones, la pelea entre Patricia Bullrich como referente de los denominados halcones y de Horacio Rodríguez Larreta como el líder de las palomas, la apuesta de Macri por el misterio y se barajan alternativas para superar el azar, atado a las definiciones de CFK y al camino de Milei.
Las encuestas permiten vislumbrar estos obstáculos en la incipiente contienda electoral. Claro que lo hacen con matices, pero los denominadores comunes tienen que ver con la fortaleza de Cristina Kirchner, con los riesgos que afronta el FDT para promover otro candidato presidencial, con los distintos escenarios que modifican la pareja disputa entre Larreta y Bullrich y con el posicionamiento de los libertarios como tercer gran espacio.
El último informe de la consultora Raúl Aragón & Asociados indica que el 24,7% de los encuestados “seguro votaría” a CFK y que el 5,4% “podría llegar a votarla”, lo que representa una sólida base electoral, pero con poca proyección. El estudio expuso, además, que el ministro de Economía, Sergio Massa, se impone como la principal alternativa del FDT, si es que se confirma el paso al costado de la vicepresidenta. El 9,6% respondió que “seguro votaría” al líder del Frente Renovador y socio clave en la coalición de gobierno, pero los números arrojaron un techo alentador: un 28% dijo que “podría llegar a votarlo”.
La suerte del funcionario es rehén de los resultados que tenga su cruzada contra la inflación, que en el arranque del año pareció complicarse más allá de los esfuerzos que le permitieron terminar 2022 con una carrera de precios apenas por debajo del 100 por ciento.
Otro sondeo expuso un escenario similar. Las mediciones de Zuban Córdoba y Asociados dieron cuenta de que CFK es la referente del oficialismo con mayor aceptación (34,9%) y con un nivel de rechazo apenas por debajo del que recibe Alberto Fernández (62,7% versus 66%). Massa la secunda con el 34,8% de imagen positiva y con el 54,7% de rechazo.
En la mayoría de las últimas encuestas, Larreta figura como el referente de JxC con más posibilidades, pero su suerte varía si se contempla la presencia de CFK y de Macri. La consultora Federico González & Asociados midió esos escenarios y arrojó que, sin la vicepresidenta y el fundador del PRO, Bullrich se impondría en la interna con el jefe de Gobierno porteño con 12,2% sobre 10,9%, y que JxC sacaría en la general 32,7% versus 28,7% del FDT.
Pero si Cristina y Macri deciden dar batalla, la foto tiende a cambiar: Larreta podría imponerse frente a la titular del PRO (con 9,1% frente a 8,8%) y JxC sacaría 34% contra 30,2% del FDT. En rigor, la ecuación todavía es indescifrable, porque los resultados son distintos en otros relevamientos.
De cualquier manera, la eventual participación de Cristina no garantiza la victoria oficialista y es allí donde inquieta el factor libertario, que avanza sobre el tercio del electorado clave para resolver una segunda vuelta. Las mediciones adelantan que Milei cosechará al menos el 15% de los votos en las elecciones primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (Paso), caudal más que suficiente para convertirse en la llave que destrabe el balotaje.
Todavía queda mucho por andar y se sabe que la Argentina es tán dinámica como impredecible. Mientras, lejos de la política partidaria, el electorado aguarda desorientado las tan necesarias señales para saber cómo impactará el resultado de las urnas en el día a día.