A fines de agosto, el exsenador de la Nación Esteban Bullrich, que padece Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), fue internado en el Hospital Austral a causa de una neumonía. Este viernes, las noticias sobre su estado las proporcionó él mismo, ya que publicó un mensaje en Twitter por primera vez desde que fue llevado al centro médico.
“Muchas personas de mis equipos me han escuchado muchas veces repetir la cita. Quizás ahora con un sentido más espiritual, es la huella mucho más visible del cincel”, expresó el dirigente de Juntos por el Cambio (JxC), para dar paso a una frase del pastor y activista cívico Jesse Jackson. “Mientras crezco y me desarrollo, sean pacientes, Dios no ha terminado su trabajo conmigo aún”, rezaba la cita.
Desde el Hospital Austral, señalaron que el exfuncionario sigue internado bajo tratamiento por neumonía y aseguraron que se encuentra “estable”.
El lunes pasado, desde la institución hicieron público el parte que indicaba: “El paciente Esteban Bullrich continúa internado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario Austral, estable, bajo tratamiento por neumonía, con ventilación mecánica y se le ha retirado la sedación. Se encuentra despierto e interactúa con sus familiares”.
El estado de salud de Bullrich se complicó a causa de su enfermedad, una patología neurodegenerativa progresiva que le fue diagnosticada hace un año y medio.
Qué es la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA)
Esta enfermedad neurodegenerativa progresiva afecta los músculos y, a medida que avanza, quienes la sufren pierden independencia en su movilidad, incluso para hablar, respirar y alimentarse. Generalmente, los nervios que controlan los sentidos, tales como el tacto y la vista, no son afectados.
Los efectos pueden variar en cada persona. Los individuos viven experiencias muy diferentes, desde los síntomas y la progresión de la enfermedad hasta el período de supervivencia luego del diagnóstico.
Si bien puede afectar a adultos de cualquier edad, la mayoría de los diagnosticados suelen tener más de 40 años, con mayor incidencia entre los 50 y los 70 años. Aproximadamente dos hombres por cada mujer se ven afectados y la cantidad se empareja a partir de los 70 años.
De acuerdo a la Asociación ELA Argentina, el diagnóstico de la enfermedad es muy difícil, porque los síntomas varían y pueden ser atribuidos a una variedad de causas diferentes. Además, no hay un orden de los síntomas. Como no existe un examen específico para probar que alguien tiene ELA, para llegar al diagnóstico se debe eliminar la posibilidad de que sean otras enfermedades.