Por segunda semana consecutiva, el oficialismo tropezó en su intento de dictaminar la “ley bases” y el paquete fiscal en el Senado. Con decenas de pedidos de modificaciones no respondidos y sin las firmas garantizadas para avanzar este miércoles, La Libertad Avanza se vio obligado a pausar una vez más el debate en comisiones, que se reanudará recién entre martes y miércoles próximo.
La improvisación y el desconcierto volvieron a marcar el pulso de la jornada en la Cámara Alta. Mientras algunos radicales dialoguistas manejaban un borrador con cambios supuestamente avalados por el Poder Ejecutivo, los más reacios a acompañar, como Martín Lousteau y Pablo Blanco, negaban haber recibido tal documento.
El plenario comenzó alrededor de las 10:30 con un anuncio sorpresivo por parte del presidente de la Comisión de Legislación General, Bartolomé Abdala: intentarían firmar dictamen este mismo miércoles. Pero tras dos horas de discursos, el debate se estancó y el libertario dispuso un cuarto intermedio. Fue la primera señal de que el dictamen se empantanaba.
El vicejefe de Gabinete, José Rolandi, y la secretaria de Planeamiento Estratégico, María Ibarzábal, llegaron al Congreso con la esperanza de seguir cerrando acuerdos. Los senadores, en tanto, se diseminaron en reuniones improvisadas durante más de dos horas. José Mayans, jefe de Unión por la Patria, acarreó por los pasillos al entrerriano Edgardo Kueider (Unidad Federal), cuyo voto es uno de los decisivos.
Cuando faltaba poco para las 3 de la tarde, los senadores volvieron a congregarse en el Salón Azul. Víctor Zimmermann (UCR), Alejandra Vigo (Unidad Federal) y el entrerriano Kueider enumeraron, uno a uno, sus pedidos de modificaciones. Antes lo había hecho también la chubutense Edith Terenzi (Cambio Federal), quien trabaja con el radicalismo pero responde al gobernador Ignacio Torres.
Sin embargo, ningún oficialista respondió qué cambios aceptan y cuáles no. Sin entrar en detalle, Abdala anunció que pasarían a otro cuarto intermedio y, ante una pregunta del radical Blanco, prometió que este jueves habrá un borrador. “Muchos de los cambios que solicitan los senadores son similares y otros no tienen nada que ver con la ley. Es necesario que se analice cada una de las propuestas”, dijo.
No solo los planteos opositores empantanaron el dictamen: también jugó la ausencia, en el plenario, de algunos integrantes con firma decisiva en las comisiones, como Guadalupe Tagliaferri (PRO), Lucila Crexell (Comunidad Neuquén) y José Carambia (Por Santa Cruz). Tagliaferri pide cambios y es una voz disonante en el PRO, como lo es Lousteau en la UCR.
“Lo que está en discusión es lo chiquito, pero lo medular no lo están aceptando. Son cambios cosméticos”, lamentaron en el entorno del titular del partido radical, quien exige modificaciones de fondo en el RIGI (Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones), el blanqueo y el impuesto a los Bienes Personales.
En el debate, el porteño subió la apuesta y pidió incorporar en la ley “una recuperación de los haberes jubilatorios”, “la seguridad de la actualización del financiamiento universitario” y “la finalización de obra pública con el 90% de grado de avance”. Salvo el segundo punto, donde se anunció un acuerdo que se formalizaría el lunes, lo demás no se concederá.
Pedidos de cambios
Uno de los pedidos más repetidos gira alrededor del artículo 3, que habilita el Ejecutivo a disolver organismos. En Diputados se incorporó una lista de exceptuados, pero varios quedaron afuera. Ahora piden sumar al Banco Nacional de Datos Genéticos, la Administración de Parques Nacionales y varios organismos de cultura, ciencia y tecnología.
También hubo un reclamo del radicalismo para salvaguardar al menos dos fondos fiduciarios: el que financia la ganadería ovina (clave para la Patagonia) y el de infraestructura del transporte eléctrico. En la Cámara baja solo se blindó el fondo destinado a subsidiar el consumo domiciliario de gas en las “zonas frías”.
El de las privatizaciones sigue siendo otro capítulo conflictivo sin solución a la vista. Zimmermann propuso que en el caso de Aerolíneas Argentinas, “de llevarse a cabo una privatización se prevea que los vuelos se mantengan más allá de su superávit o déficit”. Y pidió lo mismo para la continuidad operativa del Correo Argentino en el interior del país.
“No tenemos información suficiente para tomar decisiones en forma responsable -advirtió, por su parte, Terenzi-. Sabemos que Aerolíneas es probablemente una de las empresas más deficitarias de este país, pero no sé si alguien puede responder fehacientemente en cuánto es deficitaria. En este listado no hay ningún informe económico ni financiero que nos haga tomar decisiones en forma responsable”.
Zimmermann también propuso dos cambios en la reforma laboral: que las cuotas solidarias a los sindicatos sean optativas (es decir, que el trabajador deba prestar su consentimiento previo para aportar) y que los bloqueos a industrias o comercios sean considerados como causal de despido. Son dos puntos que no tuvieron consenso en el tratamiento en Diputados.
En el RIGI (donde el Gobierno concedería cambios), el senador radical sugirió otorgar también incentivos a pymes; exigir que un 20% de las ganancias de las grandes inversiones se invierta en proyectos estratégicos para las provincias; y que a partir de los diez años, los beneficios impositivos empiecen a ser decrecientes.
Por su parte, la cordobesa Vigo propuso reincorporar al proyecto la regulación de los biocombustibles; y que no se elimine la moratoria previsional, sino que se termine su vigencia y recién en ese momento se implemente la nueva “prestación proporcional”. También pidió (en coincidencia con la UCR) que la edad jubilatoria para las mujeres que no completaron aportes se mantenga en 60 años y no suba a 65.