Mientras los sindicatos del transporte se apoyaron en las imágenes desoladas de las estaciones de trenes y salas de aeropuertos para graficar el éxito del paro nacional del sector, desde el Gobierno nacional insistieron con el carácter “político” de la medida de fuerza por 24 horas que termina esta noche y destacaron, casi como una celebración, las grietas expuestas en el seno de la CGT.
El paro nacional transportista, que transcurrió en simultáneo con la huelga de los estatales de ATE y de algunos sectores docentes, impactó en las actividades portuarias y aéreas; las populosas estaciones de trenes de Constitución, Once y Retiro se vieron vacías, con todos los comercios de proximidad desiertos por la falta de clientes. Los camiones hicieron sentir su peso en la logística de grandes empresas, que debieron organizar planes de contingencia para superar la jornada.
Los principales dirigentes sindicales de la Mesa Nacional del Transporte ofrecieron esta tarde una conferencia de prensa en la que no dudaron en hablar de “un cien por ciento de acatamiento” del sector a la medida que tuvo alcance nacional.
“Es el primer paso del plan de lucha. La semana que viene con los compañeros de la Mesa vamos a decidir cómo seguimos”, adelantó Omar Maturano, titular del sindicato ferroviario La Fraternidad. “Si a nosotros nos atacan, nos defendemos”, agregó.
La evaluación del paro nacional, al que apoyaron (aunque sin parar las actividades) unos ochenta sindicatos de la CGT, entre ellos, los industrialistas UOM y SMATA, además de las dos CTA, fue compartida por los integrantes de la Mesa del Transporte, Pablo Moyano (Camioneros), Juan Pablo Brey (aeronavegantes), Pablo Biró (pilotos), Néstor Segovia (subtes) y los portuarios Juan Carlos Schmid (dragado) y Raúl Durdos (SOMU), además de Maturano.
Biró, uno de los dirigentes señalados por el Gobierno de impulsar el paro para “defender sus privilegios”, se diferenció de los sectores “dialoguistas” que conducen la CGT y afirmó que continuarán con las medidas de fuerza. “Recién estamos entrando en calor. El Gobierno no sabe dónde se está metiendo”, advirtió.
Por la mañana, Pablo Moyano se había referido de manera crítica a la Unión Ferroviaria y a la UTA, que no se plegaron al paro nacional transportista. La UTA realizará un paro este jueves. “Se ve que a los otros gremios les va bien que no adhirieron al paro”, dijo el dirigente camionero.
Por la tarde, en la evaluación del paro, Moyano anunció que la Mesa del Transporte le va a pedir a una reunión a la mesa chica de la CGT. Los transportistas junto a los rebeldes de la CGT, las CTA, ATE y los sindicatos docentes pugnan por realizar un paro nacional en noviembre, el tercero contra las políticas del Gobierno de Milei. Héctor Daer y Carlos Acuña, secretarios generales igual que Moyano, no hicieron declaraciones sobre el paro transportista, en un elocuente signo de la fragmentación cegetista.
Moyano dejó una valoración política al respecto: “Está la mitad de la CGT que quiere dialogar y la mitad de la CGT que quiere confrontar. En definitiva, los que nos terminaron cagando fueron los diputados y diputadas del peronismo que votaron que los trabajadores paguen ganancias, que le cagaron 12.000 pesos a los jubilados, que cagaron el aumento del presupuesto universitario. La clase política fue la que traicionó a los trabajadores”, dijo, acaso tendiendo un puente a los dialoguistas de la CGT.
Schmid no ocultó la grieta sindical: “La UTA nos tiene acostumbrados a estas vacilaciones. Cuando yo fui secretario general de la CGT, el primer gremio que se bajó de la protesta general fue la UTA. Esa discusión la tienen que saldar los compañeros de base de la UTA que están tan jodidos como todos los que estamos en esta sala”, dijo el titular de la federación de sindicatos marítimos.
La postura del Gobierno sobre la medida de fuerza: “paro político”
Franco Mogetta fue el funcionario nacional que cargó con más estridencia contra el paro. El secretario de Transporte de la Nación calificó a los dirigentes sindicales de “jinetes del atraso” y de “pilotos de un tren fantasma, que con todos sus temas económicos resueltos, lo único que hacen es tratar de cuidar esos privilegios”.
“La huelga normalmente busca dañar a quien debe dar respuesta ante el reclamo pero acá no hay ni siquiera reclamo, es un paro político. Esto es un boicot al Estado de 150 millones de dólares”, agregó. Fuentes de la secretaría admitieron que la efectividad del paro en el transporte de trenes, aviones y camiones.
En Casa Rosada no hubo más voces estridentes cargando contra el paro, sino más bien se optó por ignorar su impacto. “Este es el resultado del accionar de parte del sindicalismo argentino. Rancio, aciago y ominoso. Fin”, evaluó el vocero presidencial, Manuel Adorni, desde su cuenta de la red social X.
“La gente no trabaja solo si la obligan a no hacerlo y solo lo logran impidiéndole llegar a sus puestos de trabajo”, escribió también Adorni.
El presidente Milei viajó esta mañana a Córdoba, invitado por la Fundación Mediterránea. Durante su discurso no aludió al paro transportista, pero sí hizo una referencia a los reclamos salariales (la demanda principal de la jornada de hoy).
“Los salarios reales del sector privado están subiendo a una velocidad récord, salvo los del sector público porque hay motosierra”, dijo el presidente. En su cuenta de X apenas mencionó al paro transportista. El presidente replicó un tuit del medio oficialista La Derecha Diario: “LOS SINDICALISTAS NO TE DEJAN TRABAJAR. Ese fue el mensaje del Gobierno de Milei a través de las pantallas de estaciones de trenes, avisando a los argentinos que no podrán viajar a sus trabajos, al hospital o donde quieran, gracias a los sindicalistas Moyano y Biró”.